miércoles, 22 de agosto de 2012

Recuerdos

           Recordar no siempre puede doler o hacer reír, puede hacer las dos cosas exactamente a la vez, ríes mientras lloras, pues añoras un momento, un lugar, una acción y una reacción, esa persona que te inunda la mente, que ronda entre tus recuerdos, esa gran persona que puede convertir tus agrias lágrimas en un elixir que sana todo mal.

           Pero que también puede hacer que cada lágrima queme tu rostro a su paso, pues tiene bastante poder sobre tus sentimientos, adoras ese momento que te hace suspirar, y te dice "espera un momentito, ahora vuelvo", tras ese momento vuelve con algo que te sorprenderá, bastante atrayente, seductor y con ánimo de compartirse, un hecho bastante agradable y enternecedor, pues así lo reflejo en mi memoria.

           Con energía y entusiasmo compartiremos un lugar, pues solo es para un individuo pero nosotros lo ocuparemos dejando espacio a ambos lados, pues no necesitaríamos más que lo que ocupan nuestros cuerpos, una luz que ilumine tu sonrisa y un sonido que susurre en nuestro corazón.

           Los recuerdos como he dicho son imborrables, a la par que pueden llegar a ser perfectos o no, pueden marcar un comienzo o un principio, un amor o un dolor, un momento en el que dijiste "Te quiero" y un momento en el que dirás "Te amo". Un recuero puede ser lo que más quieres o lo que más odias, puede serlo todo o no ser nada, puedes querer revivir ese día, esa hora, ese instante que te remorderá la maldita conciencia hasta poder sentir en tu ansiosa piel ese segundo o algo mejor de nuevo, pero la moneda no tiene solo una cara, también tiene su cruz, pues hay recuerdos que no son deseados, evitados a ser posible, pues duelen solo al pasar entre nuestras neuronas, duelen como nada nunca ha dolido, pues cada vez que se recuerda, vuelve a doler y puede ser un dolor eterno...