domingo, 25 de mayo de 2014

Tu palabra.

He visto que mi mente moldea letras y signos,
que mi corazón late ante tu nombre si lo he visto.
Que un puñado de recuerdos salen si puedo leerlas,
aunque mi pecho muere y desvive al no poseerlas.

Solo con leer 'amor', pienso en ti, y muere mi gloria,
si leo 'dolor', puedo sentir la distancia en la que existe
el recuerdo anclado a todas esas musas de la memoria.
Tu nombre, un beso; tu rostro, un latido que no viste.

Y no me decido, ni siquiera las puedo evitar, ellas me atan,
están en mí, en los rincones más inimaginables, y en ti, tú.
Tú, y solo con esa palabra describo sentimientos que matan,
con solo pensar en 'nosotros', me recorre un dolor tan azul.

Solamente combino letras y me destrozo el alma, muy simple.
Desde el desánimo más agrio, hasta el beso más cálido, pues todo.
'Amor' y pienso en 'dolor', 'soledad' y pienso en tus abrazos.
Juego con las letras y ellas juegan conmigo, rompiendo mis lazos.

Mentí diciendo 'no me pasa nada', cuando quise decir, 'ámame, quédate'.
Dos palabras falsas que conjuntas me desuelan, no quise mentirte;
pero estoy harto de aparentar mi alegría, pero lo hago tanto, desátame,
rompe mis cadenas y libérame; quién fuera tu aliento para sentirte.

Y depende de simplemente las palabras tuyas puedo sonreír o querer morir,
simplemente el poder de unir letras puede acabar conmigo de forma macabra.
Alteran mi ánimo si se usan sin cuidado, pues me atacan y me pueden herir,
mas quién fuera tu abrazo, tu beso, tu amor, tu consuelo; bueno, tu palabra.

viernes, 23 de mayo de 2014

Pernocta la esperanza lejos de mí.

Anduve solo en la estepa que me acunó,
mi mano vacía, fría pero ansiosa de calor
sostuvo el hielo inerte que es vivir así, así.
Me vi rodeando la locura, y así, lo escribí.

Nadie se imaginó que algún día sería vida,
no supuso más importancia, pues no fui nada.
Ni un beso, mi amada. Cual flor entristecida,
mis pétalos caen uno, uno, y se marchita mi vida.

Versos, estrofas, rimas y nada, vacío, y nada más,
un chico solitario, un roce imaginario y nada más.
Un suspiro, un dedo rozando tu pecho y nada más
que un idiota besando tu imagen entre sus sueños.

Mañanas tenues, perezas malditas, vida fúnebre que me habita.
Como el esperpento de cada sol.
Como la luz que refracta mi alcohol.
Como el alma que decae y cede en la soga, esperándote en vida.

Un rastro de tu sueño más fugaz, alzado en ti,
mutilando el tiempo con tu memoria, tanto es.
Un anhelo, un suelo, un dolor que emana de mí,
y el ardor/dolor que sientes en mi beso y no ves.

lunes, 19 de mayo de 2014

Mírame.

¿Qué se hace con el beso abandonado? Se ha tirado en el cubo erróneo pero nadie se inmutó, decae la sonrisa paupérrima que da gracias por su miseria. Aunque levantarse era su necesidad, su virtud fue volar. Y no viajó en vano, nunca jamás. Se posaba en buena rama y quizás ella no me mató. Mil disculpas le pedí, lo siento corazón, nunca quise ser así. Me giré y nunca más lo divisé. Era eterno y era duro como un caparazón de una tortuga. Y no hizo caso cuando le grité, no me oyó o me ignoró, en todo caso ni miró.

Y allí estaba yo, afónico, imposibilitado, desasosegado por un tumulto errático que freía mis emociones. Intenté quererme, vivir solo y alejado del gentío, pero no pude, ni puedo, ni quise ni siquiera quiero. Pues allí estaba yo, buscándote, y no sé dónde estabas tú, huyéndome. Tu canto, me enamoró, tus palabras me inmutaron, te pierdo dulce flor; bueno, ya te había perdido, cuando te dije mil palabras, cuando te dije cosas que quizás en mi boca suenan macabras. Aunque la cobardía cerró mi boca, no pude decirlo, solo escribirlo y huir de ti, de tu respuesta más que evidente; es que mírame, un pobre miserable y fracasado, incorpóreo y además desgastado, y mírate a ti, brillando dorada bajo el sol. Brillando inteligente bajo el canto alzado de tu voz.

Hace tiempo que no vivo, hace tiempo que no escribo, ni recibo alabanzas por mis hechos, ni me las merezco. Viví asolado por mi propia mente, atacado por mi espejo, y destruido por tu imagen de nombre inefable aunque escrito en mi frente; de inconcebible belleza que voluptuosa arremetió contra mis instintos y tuve que vencerlos para no verte lejos. Tuve que vencerme para poder hablar contigo cada dos meses a través de una pantalla. Una pantalla fría y muerta para hablar con lo más cálido y vivo de mi existencia. Siento algo dentro, no sé si es muerte o si es ilusión.

Finalmente, me sentaré y esperaré a que un brillo me ilumine. Moriré por ti en mi vida, sin darme cuenta ni yo, moriré por cada beso que le supliques a alguien, por cada abrazo que no pueda darte. Moriré sin tu sonrisa desencajada, sin tu bamboleo frenético al caminar, sin tu pelo ondeante al marchar. Sin tu cintura tentadora. Sin tu poder de atracción basado en una personalidad que fuerte pisa en mi pecho y me grita "ámame". Y lo hago, o al menos quiero hacerlo.

Pero mírame, llorando a un puñado de píxeles, y mírate viviendo, mas mírame muriendo, mírame riendo cuando fallezco, y dime, mi idealizado amor, ¿por qué muero por ti en silencio, por qué no vivo sin tu roce y tu perfume? Dímelo, por favor.

Te lo ruego, mírame y si quieres búrlate, y si quieres ódiame, rómpeme, desata mis lazos de esperanza, casi han cedido del todo ya.

En serio, mírame por favor, necesito tu mirada para sentirme vivo de nuevo.

sábado, 3 de mayo de 2014

Asfixia.

Buceo en la llanura de mi pecho
buscando el brío que no hallaba,
escarbé profundo y no lo vi, nada.
Oscuro, hondo e incesable lecho.

Siniestra semblanza que arremetió
contra el costado de mi gran dolor,
marchito en la orilla, buscándolo.
Triste, apagado e inservible color.

Vagó el remo y moría el náufrago
que se buscaba a sí mismo, murió
abrazado por el oleaje bárbaro.
Solo, herido y así empalideció.

Se hundió como hizo su esperanza,
se sentó en el borde, y pensó así él
¿Soy real, soy metáfora? Añoranza.
Embriagado, mustio y en papel.

Así vestí la ilusión que murió tan sola,
la abrillanté, la escuché y dijo 'hola';
me sentí preso del pánico, del ático,
necesité el beso tuyo, mas tan errático.

Ni entre la sombra divisé esa paz fría,
te quise conocer y quién te conocería.
Si eres inteligente, bella y tan valiente,
eres luz, serás paz, y la sonrisa hallada...
                                               ...en mis dientes.

jueves, 1 de mayo de 2014

¿Qué querría?

He visto brotar ilusiones de mi pecho afligido, he sentido cómo se desarma mi coraza, cómo sueño y me destroza la sonrisa eterna que no existe. He visto mis esperanzas marcharse y alejarse tan fríamente y tan veloz, que no me ha dado tiempo para despedirme. Es el desasosiego del manto volátil que sobrepasa mi mente inútil y pétrea. Estática ante el sufrimiento, mas entre las paredes de mi cuarto sollozo y hago de mi dolor un pozo de fondo inalcanzable. Como un mar de lágrimas, como una lágrima navegante en las orillas de mi rostro.

Me iluminé en la oscuridad y me atreví a pensar en amor, y tuve que soltarlo y destrozarlo, cómo no. Lo confesé, errante y cobarde, aunque qué más da, si la respuesta será la misma, y ruda la realidad me pisó, me dijo que me engaño con frecuencia, que me merezco el llanto infinito y sobre todo, que no me merezco el beso que invade mi ilusión. Solamente el beso que me haga morir al día siguiente, que me haga dudar del amor constantemente; solamente me merezco el beso de una voraz medusa que partirá mi pecho en dos, convirtiendo en piedra mis pensamientos, haciendo que sucumban y me autodestruyan, que me debilita la vida en vez de fortalecerme y constantemente me pregunto: ¿Qué es vivir?

¿He vivido alguna vez? Seguramente la inopia, en la ignorancia perpetua de que a pesar de lo cruenta que sea la batalla en mi corazón, en el exterior de este miocardio existe felicidad. Y me vuelvo a preguntar: ¿En serio se puede sonreír? Y es que no me reconozco y el espejo me degrada o tristemente me muestra la realidad, simplemente, no lo sé. Y si supiera algo, qué feliz sería. Y si supiera algo, ¿qué es lo que sabría? Es más si quisiera saber algo, ¿Por qué lo sabría?

De lo general hablo sobre el sufrimiento, en lo particular hablo del amor, en lo concreto hablo de su voz y en lo específico hablo de sus labios. Quizás me atrajo su inteligencia, su humor, su luz inefable y su portentosa sonrisa; amplia, grande e indescriptible desde el corazón, solamente la definen bien el retumbar de mis latidos. Y quizás es un engaño para evitar hundirme por sufrimientos del pasado. Quizás me refugie en esta esperanza para alejarme de temores del pasado. Y lo que más quisiera, quizás te elija porque eres lo que más a la perfección se ha acercado, y metafóricamente hablando, vámonos al viento. Unámonos en la orilla del mar, usando risa e ironía, si la sal nos endulzara y la vida nos salara. Si mi luz por fin encendiese y tu luz me viera y me resguardara.

Si yo no fuera este sonámbulo, y juntas nuestras ambiciones pernoctaran, quizás mi mundo reluciera cómo quisiera. Aunque tu mera existencia me alaga, eres admirable y si no fuera yo te lo diría, yo te amaba si no fuera por tu inteligencia que diría que yo sería un peligro, por eso admiro tus neuronas, son mis ídolos, si pudiera ¿Qué sería lo que haría?.