martes, 30 de abril de 2013

Desgarro audaz.

Le pedí que me concediera este baile, el que llamamos vida, craso error que terminó en -cómo no- un desalentador 'Lo siento'. Una negativa que me hacía dudar de la existencia de un 'yo', me arrebataba mi personalidad y me destruía íntimamente, ¿Qué hago si la vida me niega vivir? Si dudáis de ello, es que no entendéis lo que es la timidez alarmante que siente este transeúnte variopinto que arremete contra un folio al no encontrar una vía de desahogo que no consista en morir.

Y qué dice este coleccionador de lágrimas ennegrecido por un mar muy salino, de sentimientos volátiles que se esfuman al despertar, despertando en un desierto árido de esperanzas fugaces, ¿es suicida el sentimiento? ¿Es real el sufrimiento? Qué importará lo trivial, si lo que sientes es banal e intangible, no podría describir un mal trago como vivir apartado aún estando al lado. Enloquezco a un ritmo desesperante, o quizás eso es lo que deseo, qué sabré yo, un inefable ser que erra por el vagabundo planeta que se halla a sus pies.

Quiero el despertar de un débil latido que enérgicamente se alce contra el malvivir, existir por fin en tu día a día, señalar mi alma y no avergonzarme de ser quien soy, vivir al lado del mundo, cerca de mí, y tan alejado del dolor, como el ser humano sea capaz de imaginar; querido papel, te lo agradezco.

viernes, 26 de abril de 2013

Hipocresía humana.

¿Cuántos de nosotros hemos visto algo desagradable y no actuamos porque no es nuestro problema? Todos, en mayor o menor grado.

Si vives creyendo que la persona con más dinero en el bolsillo es la más feliz, vives engañado,   puedes anteponer el dinero a la muerte de alguien muy cercano, viéndolo como una ventaja. Y esto me hace pensar en una pregunta: ¿Dónde está el ser humano? Debe haberse escondido para no volver, cada vez hay más noticias macabras y menos que sean alentadoras y nos proporcione un respiro. Trato de ser lo mejor que pueda, aunque sé que puedo dar más, pero nunca antepondré mi felicidad a base del sufrimiento de las personas más cercanas a mí. Aunque muchos ni lo pensarían dos veces, ¿Dinero o bienestar para todos?

Esa pregunta, no quiero saber la respuesta de nadie, pues sé que me decepcionaré, porque hay cosas que me gustaría que solo fuera teoría en mi papel, pero es realidad, dura y desgarradora. Ojalá te replantees qué es lo importante realmente y qué es banal y prescindible. Porque si en tu mente, algo trivial es una persona que no tenga un capital similar al tuyo, amigo mío te encuentras en un grave problema del que no quiero formar parte.

No entiendo ni entenderé jamás por qué teniendo más objetos se puede ser más feliz, yo tengo, por supuesto, pero mi afán no es tener lo mejor para presumir, para demostrar mi escala social o simplemente para encajar en un grupo, soy humano, quiero objetos y tengo los que me puedo permitir, sin rechistar, sin patalear, y haré lo mejor posible con lo que tengo.

Tengo una cuestión para que te replantees muchas cosas y es la siguiente ¿Por cuánto serías capaz de vender a un amigo?

viernes, 12 de abril de 2013

Un disparo certero.

Intentaré no ser muy oscuro en este texto que poco a poco va escribiéndose, pero hay un modo de acabar con el sufrimiento que cualquier ser sufre en un silencio que solo se escapa en mi blog, un disparo, un disparo a quemarropa, certero, directo al corazón, que explote en mí y no me deje otra opción que no sea morir. Nada más que un poco de plomo contra mi pecho, en mucho menos de un segundo, será solo cerrar los ojos y desaparecer.

Ni dolor ni agonía, tampoco textos desgarradores de mi mano, que mi cuerpo salpique lo que tenga que salpicar y todo acabe de un disparo, y que seas tú inteligente dama, la que sostenga el arma al apuntarme mientras fijamente me observas, para que puedas contemplar como este chico, el iluso que tienes en frente, desaparece en un abrir y cerrar de ojos, nunca más volver a molestar, a incordiar...

Tan solo ven, hazlo, como ya he dicho solo será un segundo, un mísero pero eterno segundo en el que mi corazón dejará su agónico latido para poder encajar esa desgarradora bala que lo atravesará, por favor, te lo suplico, hazlo, ven, dímelo, dime al oído ese 'no' que me disparará a quemarropa.

miércoles, 10 de abril de 2013

Un cadáver en mi memoria.

Traté de ser yo mismo durante toda mi vida, y me fue medianamente bien, o eso creo, cuando no supe cómo actuar y actué como no debía hacer, sentí que el mundo se me venía encima y me torturaba cada segundo, ahora, que estoy solo, en todos los sentidos, porque inconscientemente, trato de estar solo, por mi timidez, ya saben, aunque desee en el fondo de mi corazón que alguien me obligue a estar a su lado, ya sea hablando poco, o riendo, o simplemente comentando cosas. Lo deseo, aunque parezca lo contrario.

Cuando pienso en cómo soy, es decir, mi personalidad, mi forma de ser, termino con una decepción bastante obvia, no soy lo que quiero ser y todo eso, por mis miedos. Miedo al fracaso, al ridículo, a que hablen de mí, o se rían, o he llegado incluso a temer tener miedo en algún instante, fíjate en mi desgracia, por culpa de esto ya no sé si quiero a alguien, no siento mariposas nunca, o peor aún, no sé si las estoy sintiendo. Cada persona tiene algún defecto, es normal, pero yo al encontrarlo me desilusiono, quizás sea porque estoy resentido, de tener más defectos que virtudes.

Ya no sé si amé, solo estoy seguro de una ocasión, mas qué va a ser de mí, que siento tantas cosas pero parece que no sintiera nada, porque al fin y al cabo, poca gente me ha querido mientras que yo sí lo hacía, pero no de la forma que pensaba, solo me refugié en la seguridad de ¿si alguien me "quería" debería ser feliz no?, pero no era así, erré como siempre hago, un sentimiento arde en mi interior y yo no sé de qué color es, cómo puedo ser así. Es tan fácil desaparecer y... ¿tan difícil saber si amo?

No soy más que un cúmulo de inseguridades.

sábado, 6 de abril de 2013

Demuestra que existo.

          Resbala por mi sien acercándose a mi ojo pero sin tocarlo, sigue su curso de forma lenta y paciente, mientras deleita mi mejilla con una suave caricia como una pluma que roza mi piel, se desliza hacia mi cuello donde finalmente se seca, como cada pensamiento, como cada ilusión, que empieza en lo más alto terminando bajo tierra. Acompañada  por decenas de gotas que salen de mi cuerpo, haciendo que manos y voz tiemblen sin remedio alguno. Es sencilla la ilusión si acompaña la realidad pero si la realidad no sonríe a tus sueños, pues seguirán siendo lo que son, sueños.

         Si lo único que puedes ofrecerme es tu exterior aunque no sepas de mi existencia, puedo aceptarlo, ni siquiera sabes que existe el latir, de un pecho encogido por la vergüenza, si mi sonrisa tiembla al escuchar tu voz, cuando se dirige a mis oídos. Es insano tener mi mente, incluso mortal ser quien soy, pero me conformo con saber que sé quién soy, aún postrado ante tu sabiduría en todos los ámbitos, como todo ser tendrás dudas aún, no quiero un , ni un no, quiero un no sé que terminé diciéndole al no que todo puede ser un , si el corazón dicta las palabras necesarias para ser eterno el efímero instante en el que lo mísero se hace gigante.

       Una tras otra, van pasando imágenes ante mis ojos, con ilusiones, temores, exageraciones y realidad. Enfermando mi presente pues no existe el futuro, el pasado solo quema -si me acerco mucho a él-, escondo cada paso aún tardo demasiado en avanzar, es azul mi cielo gris, cuando oscurecen mis entrañas,  cuando gozo la duda esporádica, que hace de este ser tan pequeño, un vasto mundo que aún desconozco, ¿Qué digo? Desvarío como de costumbre, puesto que, a pesar que, debido a mi miedo por la realidad, mi fantasía me hace daño.

jueves, 4 de abril de 2013

Soy esa persona que delante tuya nunca para de reírse, pero que cuando está a solas nunca para de llorar.

Mis días.

Puse a pensar mi desdichada mente otra vez, hice mal como de costumbre, pero qué más dará. Pasé de pensar demasiado todos los días y torturarme levemente a pensar algún día y torturarme de una forma desagradable, cada vez que abro los ojos me muero, quizás traté de ver mi reflejo de otra forma, qué sabré yo; vividos mis últimos días ya nada importa, no tengo coherencia en lo que escribo porque me estoy volviendo loco, qué más dará.

E imagina mi tortura, que no es otra persona la que lo hace, soy yo mismo, el imbécil que habla con su almohada, que le cuenta sus secretos al papel, que abraza a las ilusiones y que llora en la despensa de su casa, para así no ser escuchado, qué sabrás tú lo que es el dolor si no has estado tres segundos en mi cabeza, imagina tener que verme cada mañana en el espejo; el rostro que representa el fracaso, en su mayor definición, ese andar desmotivador que resuena en cada paso que doy, mi aliento que solo huele a error, una vista cansada de ver que se deteriora, una persona que está harta de ser persona...

Una mañana soñé que no sentía, que no era capaz de empatizar con los problemas ajenos ni siquiera con los míos; nunca había sido tan, tan lo que sea.

Otra mañana, otro día, otro pensamiento y otro suspiro, no me consuelo, debo sufrir, para saber más adelante que esos problemas que me flagelaban solo eran un puñado de arena en una playa, una nube en el cielo, que tarde o temprano se desvanecería sin darme cuenta. Debo llorar, sufrir, gritar y sobretodo sentirme la persona más miserable del mundo, para que llegue ese momento que miro al pasado y sepa que no debía estar así. Solo una lágrima más.

Todo es mentira a mi alrededor, no vivo ni muero, estoy ahí siendo un espectro más que mendiga sentimientos, esa alma torturada que quiere seguir sufriendo, porque sí, sin motivo alguno. O quizás los haya y me duela reconocerlo, pero...

¿Qué sería yo si esta vida no me diera una sobredosis de realidad de vez en cuando?