domingo, 24 de agosto de 2014

Te vas, te irás...

Sin importancia, sin saber qué busco ni qué encuentro. Pero, al mirar en mi interior la vi, a ella, a quien llevo un tiempo deseando querer. Queriendo yo ser su deseo matinal, su sentido del humor me tambalea, me mata, me hiere y me encanta. Es fuego en mi interior el contoneo de sus labios, su gran boca y su amplia sonrisa. ¿Cómo es que la voy a perder de vista? Cuando ya más cerca la sentía el tiempo se agota, mas qué más dará si ella no me mira igual. Mas qué más da si cuando parta mi imagen se traslucirá y vagamente la veré alejarse de mis entrañas. Cuando partas, no te veré, pero querré hacerlo.

Te vas lejos, para mi sonrisa; te vas para siempre, dice mi latido. Pues cuando más te noto en mi corazón, más daño me hago. Y si pudiera hablarte sin eufemismos, si pudiera ser mi mente sin barreras. Te diría tantas tonterías que con razón, mucha razón al irte te alegrarías. Imagina mi ser sin tristeza, qué perfecto y qué real. Aunque mira con los ojos bien abiertos, porque este ser se hunde en sus ideas. Y se ahoga, pero lo peor de todo es que sin morir. ¿No es el desvarío un síntoma de locura, y no es locura cuando te quiero con tantas ganas? Sin saber ni cómo ni por qué, de una desconocida a un gran deseo. Sin saberlo, o todo fue por ti.

Brota el principio de un dolor agrio,
aflorando, y vive en mis sensaciones.
Es tu voz, tu dulzura sobre mi escenario
bailando al son de mis emociones.


Si la ola que rompe atrapa el calor,
si el Sol que brilla amaina el dolor.
Ten mi tiempo, ¿sientes el color?
Ten mi vida, sintamos emoción.


Tiemblan mis dedos, ya no sé escribir,
junto palabras sin siquiera parar a mirar.
Si al final tu adiós será mi sin vivir,
buscaré tu rostro en las estrellas y el mar.

viernes, 15 de agosto de 2014

Y si pudiera.

El hecho de permanecer en vida, creyendo que todo es en vano, otorga gran sentido al verbo vivir. He visto perecer gente alrededor mía, literal y metafóricamente. He visto mis manos temblar de rabia e impotencia. Mi mente se ha trasladado a mundos fantasiosos en donde el dolor no penetra, no siempre. Me he alejado del hecho de vivir para poder seguir en pie, de forma patética, pero aquí estoy. Resistiendo una vez más el desasosiego causado por el temor del qué pasará. En vez de vivir en lo que realmente pasa.

El núcleo de mi problema es meramente psíquico y afecta de manera directa al físico. Me veo sufriendo y trato de sacarle provecho a esto. Pregúntale a quien sea, todos saben que he sufrido. Pero no es tan sencillo, he visto a la Luna llorar estrellas fugaces y al Sol apagarse antes de hacerse de noche. Y es que el cielo se derrumba cuando escasea el sentimiento, ahora predomina el tanto tienes, tanto vales, o el pertenecer a un grupo para ser aceptado. Olvidando y dejando atrás el grupo al que pertenecemos desde el nacimiento, e incluso antes, al ser humano. Un animal con unas capacidades emocionales desarrolladas, pero que están siendo utilizadas para el beneficio propio y no para el mutuo. Es triste la vida si se vive para uno mismo, y nada más.

Qué sería de mí si pudiera cumplir mis sueños; escapar de este mundo para vivir en el mío, sin ataduras, sin luchas constantes para simplemente sobrevivir. Y no más decepciones frente al espejo, solamente un olvidado más, del que nadie se acuerde y al que nadie moleste. Un ser que domine sus emociones, al contrario que ahora, un ser propio, solitario pero sobre todo, feliz.

jueves, 7 de agosto de 2014

Esperanza como placebo.

He sentido vibraciones entre nosotros, pero supe con el pensamiento nocturno que lo que vibraba era la esperanza. No era que tu sonrisa me enviara mensajes entre líneas. No era que el brillo de tus ojos me señalaran tu corazón, era la esperanza. Señalando falsas vías de conquistar tu tiempo. Pero míranos bajo la Luna enternecedora, enraizando mi esperanza en la retina, me hizo equivocarme. Amo el tiempo que aprovecho a tu lado; ya sea la esperanza guiándome o la realidad doliéndome. Mientras tú sientas que el tiempo no es malgastado. Pues cuando detienes mi tiempo e inconsciente me haces temblar, la esperanza dibuja corazones a tu alrededor, engañándome.

La ilusión que pinto a veces me atacan, y me señalan el camino a tu pensamiento, mas no es real, es la esperanza, con sus planes tan pasionales. Y dime cómo te quito de la cabeza sin quitarte de mi vida, dímelo antes de que mi esperanza me haga correr a tus brazos, y que el golpe de la realidad me duela eternamente. ¿Es el autocontrol mi única salida? Porque te veo pasar y la esperanza dibuja rayos de luz a tu alrededor, diciéndome que el destino nos juntó, que la vida nos buscó y que estamos tardando en seguir lo que dicta nuestro camino. Mas no es así, pues el destino se escribe a medida que vivimos y parece ser que la esperanza de un mañana mejor ha escrito varias hojas a los días que vienen, pero poco más. Pues lo que realmente quiero es un presente feroz que se extienda a lo largo del tiempo. No busco la satisfacción personal, sino mutua.

Aunque no culpo a la esperanza por estas confusiones sobre la realidad y mi ficción, ella solo trata de hacerme feliz y sabe que haciendo lo que hace, sonrío momentáneamente, creyendo algo que no es, pero que da luz a mi apagada mente, gracias esperanza, pero déjalo, ya es bastante engaño; su mano no rozará las mías, su sonrisa no besará la mía y mi tiempo nunca impregnará el suyo. Aunque te dejo ilusionarme un tiempo más, pues te necesito, ayúdame o mata mi pecho y sobre todo sus latidos.