jueves, 29 de enero de 2015

Hijos del tiempo.

Fuimos, seremos, algunos somos etéreos, volátiles y frágiles al paso del tiempo, mas quizá no. Y es que la vida es efímera, es mera fantasía y es más ilusión. No es más que un parpadeo cada vida que surge y se hunde en la fosa del olvido. ¿Y no es dura la pena del ser que vive y ve vagar a quien vivió la sutil vida? Pobre la criatura que tan poco perduró que solo fue hijo del tiempo. Plácido te hallabas, cálido te quejabas del dolor y gemías con un llanto irrepetible, que a oídos forasteros sonabas igual, pero a tus dioses sonabas único. Tan ajeno a la realidad, pero tan vivo. Tan somnoliento el hijo del viento que descansas en tu pétrea prisión. Pero vagas en la memoria del tiempo y jamás serás olvidado, ¿Verdad?

Dime dónde te hallas y dime si duele ¿vagas libremente, existes si quiera? Como un soplo viniste a esta roca y sin pestañear te fuiste. ¿Sentiste el sol? Miremos al pasado un momento, miremos al presente en este mismo instante. Excavemos almas errantes en nuestros pechos, y busquemos el ancla de la cordura, hubo dolor. Los vi; realmente no los vi, sino los pensé, imaginé y tergiversé su historia para que encandile mis emociones, para hacerlas atractivas a mí, y solo es eso.

Tantos soles ha quemado la tierra junto a ti, tantas lunas iluminó tu pequeño altar. Estuviste, no estás o eso quise decir. La sombra ha perdurado en tus noches y no hubo luz que la erradicara, y es más mi mente vio la luz en cada esquina, en cada rotura que el tiempo rasgó en ti. Y fuimos frágiles, y lo somos, tanto que lo seguiremos siendo. Piénsalo, nació siendo polvo de estrellas y murió siendo polvo de estrellas.

Tan viejos sus átomos,
tan nuevos sus latidos,
pensar que una vez estuvo, 
y... pequeño, te has ido.

Y por eso a todos esos que en el santuario del dolor sofocaron sus penas, un fuerte abrazo. A todos ellos que vieron sus lágrimas estrellarse en un pedacito de duro mármol que aísla de la realidad a quien te dio la metafórica vida. Ojos que ya no se abrirán, sueños que ya no se desvelarán. Y el eco de su llanto te despertarán y pernoctarás, ¿Es ella? ¿Es él?, mas no, solo es un cubículo vacío que destroza tus lagrimales, y rompe la presa. Dicen que es mejor haber amado y haber perdido que nunca haber amado. ¿Pero es cierto eso cuando tu amor ya se halla solamente en la memoria? Pues no lo creo, ni lo deseo. Pero vivieron más el tiempo que la vida, y por eso siempre serán los hijos del tiempo.

domingo, 25 de enero de 2015

Oda a la naturaleza.

Quién no ha mirado nunca por la ventana pensando en su involuntaria retención, y ha visto los brotes verdes germinar. El árbol que cuya sombra puedes usar para refugiarte del amoroso y caluroso Sol que nos abraza cálidos, a veces dándonos amor de más. El sentir de las sábanas aéreas que nos arropan transparentes, silbando entre las ramas, refrescando el cariño del astro rey. La fría mano húmeda y azul, que bañaba nuestra cuna y nos concede su inmensidad para deleitarnos y viajar, o simplemente sumergirnos en ella. Quién no ha sentido que la alfombra verde es su paisaje favorito, su sueño preferido o su paz perpetua, como las altas montañas que atravesando las nubes te enseñan la vista majestuosa de tu propio hogar y te dice 'la belleza que te rodea es toda tuya.

No puedes vivir sin ella, no puedes soñar sin ella, no puedes engañarte y tratar de huir de ella. Pues es tu madre, es tu criadora, es tu deuda cuidarla cuando enferma, pues tu vida es ella y sin ella no hay tú. El oleaje salvaje es su llanto y su lágrima es la lluvia, su ira son sus vientos y sus huracanes, su furia son volcanes y su dolor su lava. También sufre miedo y tiembla tu suelo, también piensa demasiado y se inunda, pero su sonrisa renace con el arcoíris, con el sol iluminando el rocío de una mañana calmada y sosegada. Ella sufre también, entiéndelo, pues su corazón puede ser de puro hielo que se derrite o de un calor abrasador. Pero siempre estará ahí.

Te regala cada día un amanecer, un mundo iluminado, un rojizo atardecer, un anochecer mágico para concluir su espectáculo enseñándote un banquete de ilusión y sueños. Es su manto estrellado, su nocturnas luces, una iluminada y oscura escena de pura existencia. Las estrellas, las galaxias, los planetas, cometas, la oscura y clara dualidad, pues a pinceladas te pinta con luz un oscuro lienzo que imprime misterio y duda a nuestra mente; admiremos la bella cúpula de formas y dejemos bailar a la emoción. Finalmente verás su Luna, su majestuosa y bella acompañante. El farol que te iluminará cuando lo necesites de una blanca y esponjosa luz.

Es por eso fiel lector, que quiero recordarte que no puedes olvidar la belleza del globo, de mi mente solitaria que se llena con estas lunas de innegable belleza. De mi, de tu, de nuestra naturaleza.

sábado, 24 de enero de 2015

Y tú, ¿cómo vives?

Todos hemos tenido nuestros altibajos, unos más que otros, pues somos más o menos vulnerables al dolor. Unos sonríen hasta el último instante mientras su barco se hunde, otros con todo en la vida se sienten vacíos; y es normal, no pensamos igual. Hemos sufrido y hemos reído, unos más, otros menos. Pero lo hacemos a diario. No sé de qué factores dependerá el cómo actuamos frente a los obstáculos, quizás es de nacimiento o por lo aprendido a medida que crecemos o ambos. Pues he visto a pequeños seres vencer a gigantes, y a gigantes caer por ínfimos problemas, como yo matizando lo de gigante. Hay gente admirable que lucha hasta el final, y gente que detesta esa lucha y prefiere la comodidad de lo fácil. O la mezcla de ambos, pero sinceramente no sé cómo se hace.
Todo, como espero que sepáis, es relativo, tanto lo que sirve, como lo que deja de servir. Depende del significado que nosotros le demos, si comparamos nuestra vida con la de otros podremos decir: nuestra vida es peor; en cambio, si la comparamos con otros otros, podríamos decir: nuestra vida es mejor. Pero quizás no la comparamos con la de nadie y simplemente juzgamos a nuestra propia existencia en relación a dolor/placer, por simplificarla en dos opuestos, aunque en esto entra otro factor, el peso sobre lo bueno y lo malo, hay quienes con pocas ventajas en la vida solo valoran sus alegrías y nunca entristecen. Luego quienes con una vida sin decepciones, al mínimo dolor, se hunde. Y tenemos todo el derecho a sufrir, a odiarnos y a la amargura más grande si nuestro presente desagrada más de lo soportable, pero solo si en el contrato firmamos que celebraremos igual las victorias.

No tengo que ser como he descrito aquí arriba, pues mi técnica de canalización se basa en la autodestrucción, siento que todo me lo merezco y creo tener una vida dolorosa. No es la verdad, pero el engaño de mi mente me atrapa y encierra, pues me torturo por hacerme eso, y así constantemente.
La cuestión es, ser viviente, ¿has puesto más peso en tus alegrías que en tus penas, o viceversa?

lunes, 19 de enero de 2015

La indudable presencia.

Quizás el espejo no te devuelva lo que quieres, mas créeme, eres bella,
incluso que las sábanas sean incómodas y frías cuando duermas tú ahí.
Es posible que el latido de tu corazón merme sin dejar ya más huella,
y también que tus lágrimas surquen tus mejillas si te sientes sola allí.

Si tu suspiro no viene por felicidad, no dudes en tomar mi mano y vida;
¿has sufrido en soledad? Estaré atento a cada gemido que no sea placer.
Y sin más mis noches en vela pueden ser el colchón a tu salto suicida
y mis palabras pueden sanar tus alas, tu dulce mirada y tu perecer.

Quizás en cada decepción no pueda estar, pero tú sabes de sobra volar;
sabes alzar tu cabeza y seguir viviendo, ¿No es así?, pues vuela libre.
Quizás en cada ilusión no pueda estar, pero tú sabes de sobra llorar;
sabes ahogar tus penas y morir sufriendo, ¿No es así?, pues ven, dime.

Tu luz es tenue en ciertas ocasiones, cuando el alba me pregunta por ti,
cuando te veas y no te reconozcas, por favor, pregúntame, y no lo dudes.
Cuando los defectos desborden tu pesimismo, ven corriendo a por mí,
tengo miles de virtudes que ensombrecen esa fúnebre visión, tan dulce.

Cuando el sol haya desaparecido tras tu horizonte, y te hundas, ven aquí,
grita mi nombre, suspira tu dolor y calla tus miedos, vamos a ser feliz;
cada paso que te duela, puede ser etéreo, mas no eterno, huye de ti, pues.
Si tus neuronas te atacan, escapa de ti, ahoga tu ser, llora y ven otra vez.

La única condición es que no dudes que estaré allí, que no tengas miedo,
ni calles por vergüenza, ni te reprimas por orgullo, todos somos humanos
que sufrimos y a veces queremos salir del ruido, y yo sé que contigo puedo.
Es esa la razón de mi incondicional ayuda, ven, si lo deseas, y toma mi mano.

Sientes la feroz zarpa de la realidad sobre el cimiento de tu esperanza, y duele
ver cómo tu sendero muere y se curva y torna lúgubre esa ruta que era tan recta.
Y te hundes en tu agobio y te queman las pupilas, sientes cómo la vida se muere,
te ves infecta, te ves ya rota, y a veces tan idiota; cuando mis ojos te ven perfecta.

domingo, 18 de enero de 2015

Sin ti... ¿Sin ti?

Sin ti quizás todo sea igual, todo sea del mismo color y nada cambie. Quizás sin ti no deje de vivir, seguramente seguiré soñando, volando de ilusión en ilusión. Seguramente viva como jamás he vivido, como nunca he sentido y lo más probable es que siga sonriendo sin fin. No tengo dudas y sé que sin ti los días volverían a estar despejados, a nublarse y a volverse a solear; de lluvia a calima, el viento no parará o sí, todo cambia. La Tierra seguirá girando, mi Luna seguirá brillando sin ti y sin duda alguna mi cielo seguirá estrellándose.

No está de más decir que sin ti mi corazón no se detendrá, ni el latido dejará de retumbar en este pecho. Los sentidos no perderán su intensidad, el amor no cesará pues sin él no viviría. Pero tenlo claro, sin ti mi camino no se detendrá, no desviaré mi mente si tu presencia destaca por su ausencia; mi mirada no estará siempre en el suelo y podré saltar de alegría algún día. Seguramente el universo seguirá expandiéndose sin ti. Y sinceramente podría durar toda mi vida sin ti.

Pero sin ti me faltaría sabor en la vida, sería insípida la despedida de cada día. La Luna brillaría pero no vería tus ojos brillar por ella. Sin ti el latido que no cesa no se aceleraría ni mis entrañas se revolverían al verte venir. Las paredes de mi mente seguirán cuerdas sin ti pero me faltaría tu locura, tu desvarío acorde al mío. El mar seguiría rugiendo, pero sin ti no sería tan inmenso. No sé la razón de esta atracción, mas sé que mi vida sin ti sería totalmente igual, aunque contigo sería totalmente diferente.

martes, 13 de enero de 2015

Por favor, no sufras.

El tacto inhumano del vaho de la muerte,
el dolor insano del transeúnte incauto.
El día que cae y decae en oscuridad inerte
mientras tu luz sigue iluminando tanto.


A veces el menosprecio nos ata al sufrir,
y veces que el suspiro no alivia la tensión.
Ven ser infeliz, busquemos tu sonreír;
hallemos tu felicidad, saquemos la pasión.


No dejes que tus lágrimas cieguen tu ruta,
ni que el peso de la parca te seduzca;
pues su presencia rompe nuestro lazo
a la vida, nuestra única vida, desátalo.


La soga al cuello no me funcionó, en serio,
ven, no sufras más, hallemos el sendero
correcto hacia nuestro feliz misterio.
Tu sonrisa es mi amar sin ningún pero.


Ven, sonríe por favor,
ven, soy tu luz eterna.
Venga, ven, sin temor,
salvemos tu sonrisa, del dolor.


Del ser que se quema, del horror.

Así que, ven, por favor,
te ofrezco mi incondicional compañía.
No sufras, por favor,
te regalo todas mis noches y mis días.

Pero por favor, ven y no sufras.

viernes, 9 de enero de 2015

Tu tacto vacío.

Visto la mente de colores monótonos, rotos, flojos,
tendiendo los colores que destiñeronse, murieron.
Qué hago sin tu tacto que mi piel torna a un rojo
tan profundo como los sueños que me invadieron.

Esbocé tu sonrisa de perfecta imperfección, de azul,
saqué de mi mente el fracaso, y lo guardé en el baúl.
Donde yace mi esperanza, donde murió mi balanza,
entre el dolor y placer, entre tus labios y su danza.

Rimé de fácil inicio mis deseos tan internos y frágiles,
sintiendo al oír tu voz brotar con unos sonidos ágiles;
prometí verte y sonreír, pero lo incumplí tantas veces.
Me duele no besarte, y me duelen tanto los meses.

Como el gemir de la vida que escapa entre mis dedos,
desatando la desazón en mi garganta, se quebraba;
y deambulaba sin poder pronunciar, sin mi ya rota voz,
gritaba enmudecido tu nombre, desaparecí en la nada.

Murió la ternura de mi piel, se exilió la ilusión por vivir,
la soga de mi cuello y la caída al vacío, dejé de existir.
esclavizado por el desánimo, desesperación en auge
tras el destierro de mi alegría y todo lo que quise decir.

Se pudrió la compañía e invadió la soledad mi mente,
nadie me quiso nunca entender, y murió mi cordura.
Se alejaron los sentidos y me bañé en tantas dudas,
que enloqueció mi ser, y me volví un mimo inerte.

Fue tu luz la que me resucitó, la que me dio luces lunares,
el cuchillo de mi soga, mi antidepresivo, mi luz, mi voz.
Paraste la bala que envié a mi sien, calmaste dolores,
pero desapareciste tan rápido, que sentí la fría hoz.

No pretendo disturbar tu camino, sin más sigue en él,
pero cosí en mis telas tu nombre, pues quizás te olvide.
Y te quise entre mis amores, pero quizás te moleste.

Solamente sentí que vivía
cuando sentí que te ibas,
solamente sentí que moría
cuando supe que te irías.
Solamente quise volver a sentir
cuando creí que ya no te sentía.

martes, 6 de enero de 2015

Solo si eres feliz.

No era la Luna, era tu sonrisa,
no era el cielo, era tu voz. 
El sentido de la existencia, 
mi tenue luz de blanco color.

Entre tus brazos sentí la paz
del corazón marchito y agrio. 
Hallado herido, tan solitario, 
cual deseo de estrella fugaz.

Apareciste tú, salvaste mi vida,
desapareció el instinto suicida. 
Apagaste el dolor, aunque poco, 
pero apareciste, y me volví loco.

Tu amplia sonrisa, tu gran pupila,
me dijo 'quiéreme' y te quise, tanto. 
Me dijo 'bésame' y veo venir tu ida, 
quizás 'déjame' es lo que me cantó.

De besos y abrazos tratan mis cuentos,
aunque ilusorios, tan deseados en mí. 
Y verte feliz mi forma de estar cotento, 
Aunque te vayas, tan lejos de aquí.

Mírame y siénteme, sé feliz sin dudarlo.
Aléjate, y si sonríes así, ve sin dudarlo. 
Quédate, mas si no ríes, ve sin dudarlo. 
Te quiero más que a nadie, lo sé... 
                                              ...sin dudarlo.

lunes, 5 de enero de 2015

Temor, ceguera e ilusión.

Quisiera hundir mis penas en su sonrisa, en su radiante pasión por la vida. Es tan especial, es tan increíble. Duele verla siendo así y ser yo cómo soy, ¿Es normal esta desazón que hace sollozar al alma? Un ser cuerdo no puede aguantar esto demasiado tiempo, pero la distancia dijo basta y me separa de ti, aunque tú no lo sepas, aunque no te importe realmente. Lo siento, quizás necesito ese sentimiento y por eso enloquezco tanto. Pero es que no sabía que lo necesitaba hasta saber de tu existencia. Quizás he echado demasiado leña a este fuego, y esté ardiendo de más esta pasión, pero no puedo con ello, no puedo con esto.

Eres el color de esta vida monocroma, y quizás cual polilla en trance por una luz cegadora me atrajiste, y aquí me hallo a merced de tus labios, sin que tú lo percibas. No es sano, no es normal, no es siquiera factible, ¿Verdad? Es el miedo, el terror al fracaso lo que me detiene, la experiencia mató la aventura que osaba buscar el miocardio, mas aún así, necesito que lo sepas, aunque tu mirada torne decepcionada, aunque tu luz deje de alumbrarme, necesito ese sufrimiento, ojalá no me invadiera esta cobardía azul. 

domingo, 4 de enero de 2015

Luz de Luna.

Quizás amo a la luna porque me recuerda a ti,
quizás te amo a ti porque me recuerdas a la luna;
quizás me gusta que la Luna te ilumine el rostro,
quizás me gusta que ilumines la cara de la Luna.

Puede que me enamore de los rayos del Sol blanquecinos,
incluso las nubes que te tapan, te embellecen, solo a ti.
Mi claro de Luna, mi luz de Luna, mi Luna entumecida,
mi distancia de locura, mi cordura escondida, sin mí.

Ha sido desahuciada la felicidad de mi mente tan rota,
pues tu beso era el aval, y no pude entregárselo, a mí.
Desnuda quedó la esperanza, y tornó su dolor en mi contra,
la entendí, la consolé y aún así, se fue lejos de aquí.

Me acurruqué frente a lo único que me quedaba, la oscuridad,
supe que no me proporcionaría alegría, pero restó soledad;
tras envolverme entendí que la salida sería imposible, ya no
volvió a sonreirme ni a quererme, se desvaneció, ven, por favor.

Prometo ante todos los astros que me ven y diviso, sin ayuda,
estaré y estaría en tu felicidad, sin pegas, sin dolor pútrido.
Miro a mi Luna y me acuerdo de ti y te miro a ti recordando la Luna,
¿ella eres tú o tú eres ella? Lo confieso ante las estrellas,
incluso más que mi Luna, sin temor al error, tú, eres la más bella.

sábado, 3 de enero de 2015

Todo me debe olvidar.

En las mañanas sombrías, huecas,
sintiendo mis entrañas arder tanto.
Sentí demasiado, entre mis venas,
y la vi, la respuesta para mi llanto.

El destino me abandonó, tiempo ha,
ni la esperanza se quedó, nunca más;
y la mirada lúgubre me miró, temblé.
Vio el abandono de mi alma, y lloré.

No hay sonrisa,
ni una sola, ya.
Todo me daña,
y me olvidará.

Sentí cómo se fue la brisa, se vació.
Olí mi alma quemarse, irse, volar...
lejos de mí, fuera de mí, no volvió.
Y así sé que todo me va a olvidar.

No hay cristal sin empañarse por mi vaho,
al ver a través de ellos mi mundo que cae.
Y arrastra lo que un día fue, y ya no será,
y destroza la fe, en lo que este ser querrá.

No hay sonrisa,
ni para mí más.
Mas ha huido,
y me olvidará.

El creer de lo que no existe, en el corazón,
el amor por ella y la desazón, la distancia.
Separados por mi mente, por mi arrogancia,
se fue el halo de vida que rodea mi armazón.

Escribí en balde tu nombre entre mis labios,
y se secaron, el elixir necesario nunca llegó.
Y hablo de tus labios, tu sabor, con tu voz;
y digo quererte, amarte, algo que en mí, nunca...
                                                                                      ... existió

viernes, 2 de enero de 2015

Te veo partir.

He visto a mis versos desangrarse por ti, he visto a mi alma ardiendo sin fin; he echado la mirada atrás, mientras te ibas, para verte irte, mas nunca quisiera que te hubieras ido. Aunque te vea mañana, aunque te vea otra semana, te quise a mi lado. Te vi lejos en tu mirada, te vi distante en tu ida y ahí estaba yo, tembloroso, esperando a que me dijeras que me quedara. Pero claro, eso solo existe en mi ilusorio mundo. Te vi abrir la puerta, ralentizada por mi mente, que cautivada por ti frenó el planeta. Congeló el tiempo de mis venas, de mi vista, de mi cristal. Sentí el impulso de decirte que te quiero, pero la realidad me insistía e insistía en que volviera a ella.

Y por eso, me di la vuelta y mientras la distancia entre nuestros centros de gravedad se alejaba, partí hacia la derecha y giré la cabeza; quise ver cómo entrabas, y ver tus piernas introducirse en la casa, primero la izquierda, y por último la derecha. Finalmente, mi sollozante vista vio desaparecer tu tobillo. Tras ello, la puerta se cerró y solo hubo un vacío, un ensordecedor silencio y mis resecos labios resoplaron. Suspiré y definitivamente, me fui.

De camino a dondequiera que fuera, tú resonabas en mi mente, la reverberación de tu voz me perturbaba. Necesitaba ese vacío un poco más lleno, un poco más ajeno a mí.

Te necesitaba a ti, odié verte ir, y sé que pronto dejaré de ver tu rostro. Es inefable la sensación que siento. Pero el dolor casi es tangible y mis pensamientos ininteligibles se convierten en la soga que diariamente me asfixia y me debilitan, mi propia mente llorando por la puta realidad, y tú, tú eres la razón, pero no de mi dolor sino de mi ilusión.