lunes, 19 de enero de 2015

La indudable presencia.

Quizás el espejo no te devuelva lo que quieres, mas créeme, eres bella,
incluso que las sábanas sean incómodas y frías cuando duermas tú ahí.
Es posible que el latido de tu corazón merme sin dejar ya más huella,
y también que tus lágrimas surquen tus mejillas si te sientes sola allí.

Si tu suspiro no viene por felicidad, no dudes en tomar mi mano y vida;
¿has sufrido en soledad? Estaré atento a cada gemido que no sea placer.
Y sin más mis noches en vela pueden ser el colchón a tu salto suicida
y mis palabras pueden sanar tus alas, tu dulce mirada y tu perecer.

Quizás en cada decepción no pueda estar, pero tú sabes de sobra volar;
sabes alzar tu cabeza y seguir viviendo, ¿No es así?, pues vuela libre.
Quizás en cada ilusión no pueda estar, pero tú sabes de sobra llorar;
sabes ahogar tus penas y morir sufriendo, ¿No es así?, pues ven, dime.

Tu luz es tenue en ciertas ocasiones, cuando el alba me pregunta por ti,
cuando te veas y no te reconozcas, por favor, pregúntame, y no lo dudes.
Cuando los defectos desborden tu pesimismo, ven corriendo a por mí,
tengo miles de virtudes que ensombrecen esa fúnebre visión, tan dulce.

Cuando el sol haya desaparecido tras tu horizonte, y te hundas, ven aquí,
grita mi nombre, suspira tu dolor y calla tus miedos, vamos a ser feliz;
cada paso que te duela, puede ser etéreo, mas no eterno, huye de ti, pues.
Si tus neuronas te atacan, escapa de ti, ahoga tu ser, llora y ven otra vez.

La única condición es que no dudes que estaré allí, que no tengas miedo,
ni calles por vergüenza, ni te reprimas por orgullo, todos somos humanos
que sufrimos y a veces queremos salir del ruido, y yo sé que contigo puedo.
Es esa la razón de mi incondicional ayuda, ven, si lo deseas, y toma mi mano.

Sientes la feroz zarpa de la realidad sobre el cimiento de tu esperanza, y duele
ver cómo tu sendero muere y se curva y torna lúgubre esa ruta que era tan recta.
Y te hundes en tu agobio y te queman las pupilas, sientes cómo la vida se muere,
te ves infecta, te ves ya rota, y a veces tan idiota; cuando mis ojos te ven perfecta.