viernes, 29 de noviembre de 2013

Don de la escritura.

¿Quién está ahí cuando necesito un hombro? Quién va a ser sino, mi bolígrafo, mi papel, mis preciadas sílabas, que juntas hacen el cimiento de mi cordura, me sustentan y me soportan incondicionalmente. Estoy decadente hasta que el verso me besa, hasta que la rima me levanta. El papel que seca mis lágrimas y me pregunta "¿Qué ha pasado? Escríbelo en mí." y mis lágrimas agrias se evaporan y se alejan de mi rostro.

Están ahí mis dedos que dibujan letras con un poder increíble y crean historias de amor en mis folios, historias que no existen más que en mi memoria, deseos que solamente se fingen en el papel, historias de una chica que lejos se halla, pero que mi tinta me acerca, me hace sentir su calor, su vitalidad, aunque no pueda escuchar su voz nítida, aunque solamente puedo mirar las letras y vivir en mi mente, coger tu mano en una imagen virtual, pero llorar en la realidad, y derramar esta salina solución y correr la tinta; borrando así tu nombre, borrando así mi ilusión, borrando así mi sonrisa. Pero puedo volver a escribirlo, puedo volver a esculpirlo.

Y cuando la soledad me abarca y se postra ante mí la parca, esa fría figura relacionada con el cese de la vida, que se apoya en mí y yo cierro los ojos, porque no es justo irme sin decirte lo que siento, pero solamente se sienta al lado mía y me susurra: algo me susurra. Me arropa la soledad y me siento aislado, quiero tenerte entre mis brazos sensación de compañía, pero mi mente me ata y me tortura, es el bolígrafo la llave de mis cadenas, estoy zigzagueando por los pasillos de mi casa pero nadie se da cuenta, a nadie le importa. Pero bueno, lo normal en mi día a día, para que la caída no me destroce utilizo el folio de paracaídas, el verso es mi espada frente a las pesadillas en vida, el poema es mi escudo ante el dragón que escupe prejuicios sobre yo mismo.

No tienes ni idea de lo que ha salvado este don, no sabes cuántas veces me he sentado y he llorado a solas, que crees que es una forma de darle drama a estos textos mas no es así. Es desgraciadamente la realidad que me asola, pensamientos que desuelan el cielo azul y lo tornan negro. Que me quitan a la Luna de mi cielo, ya casi ni me alegro de mi existencia, ya veo que la vida combatirá contra mi cordura permanentemente y que sin la escritura me habría vuelto sin dudarlo un demente. Que cada párrafo es un antidepresivo y cada verso un calmante, los sueños por tus besos son mis somníferos y el punto y final es mi sonrisa. Que solamente me queda mi don para poder vivir. No hay nada más, pues nadie me demuestra lo contrario.

jueves, 28 de noviembre de 2013

¿Quién soy?

Despertar y desear la muerte a toda la humanidad es normal en mí, hasta que me despeje, hasta que coma algo. Realmente odio a muchos, sobre todo a aquellos quienes el dolor ajeno no les afecte. Pero bueno, quizás yo soy raro por sentirme fatal al ver el sufrimiento, pero peor me siento cuando estoy impotente ante esas situaciones. Existo junto a mis semejantes, pero muchas veces los noto distantes, los gustos varían, los principios se conservan o desaparecen, la moral escasea y eso me duele. Sé que no soy perfecto, pero distingo entre bien y mal, y odio lo que está mal.

Me dan punzadas al ver a humanos maltratándose entre sí, haciendo daño a su entorno sin siquiera importarles, ya es tan grande la costumbre que ni saben que está mal lo que hacen, es decir, está tergiversado el concepto del mal y se empiezan a filtrar hacia el bien o lo socialmente aceptado. Porque si vas por la calle y recoges alguna lata vacía para tirarla a la basura te miran raro, porque la lata no era tuya. Tengo muchos defectos, muchísimos. Sobretodo déficit de amor propio, pero bueno, yo me valoro y me miro al espejo con pintas de vagabundo desaliñado, pero feliz, porque soy diferente al resto, o eso siento, y no solo por ser diferente, sino por creer que hago más el bien que los demás, y lo hago por los demás, no por mí. Tanto que a veces sufro para hacer sonreír.

Aunque muchas veces deseo la muerte de los de mi alrededor, y que sea una dura tortura. Pero me duran poco esos rencores, bueno, en realidad estoy resentido con todo el mundo, porque sinceramente jamás se han preocupado por mí y no es mi punto de vista, no del todo. Os veo ajenos a mi soledad y os importa una mierda, por eso a muchos de ustedes os deseo sufrimiento y es ilógico porque yo odio el dolor ajeno, pero bueno, soy muy básico a veces, demasiado primario otras. Pero si eres una persona digna de respeto, si respetas el derecho ajeno a ser feliz, yo velaré por ti.

Y qué queréis que os diga, me siento muy raro, crisis de identidad, crisis de inspiración, crisis morales, ¿Debí nacer entre estos individuos egoístas?. Me siento solo, incluso rodeado, nadie piensa como yo, nadie ama como yo. Y es que yo, estoy enamorado.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Melódico deseo.

Dame un amanecer junto a ti, dámelo. Si en tu cofre latente alberga un latido con mi nombre por favor, regálame una sonrisa tuya. Haz que el cielo sea tan dorado como tú y detén el viento con tu paso, haz que solo meza tu oscura melena. Dile al sol que te ilumine pero que no te deslumbre, que te acaricie la piel que yo tan deseoso quisiera hacer. Quiero saber cómo sería el paraíso aunque sea efímero, haz de mi presente una utopía, es más hagamos una utopía de dos habitantes, de dos corazones que laten la misma esencia, dibuja con tus dedos un pentagrama y sé mi clave de sol. Haz de los mordiscos corcheas, haz que las caricias sean blancas, que gemidos sean negras. Transforma los dolores de este ser en semicorcheas.

Tras estas cinco líneas en las que nos deleitamos consigue que los abrazos sean redondas, que lo silencios sean cómodos, empieza a susurrar con tu pianissimo tono mi nombre, haz que se estremezca mi cuello con tu suave canto que se torna fortissimo a medida que la pasión se adueña de la situación. Ventanas, el techo y las paredes son testigos de la guerra que sucede. Qué imaginación me invade entre estas líneas, qué ganas tengo de ser la envidia de mi yo del pasado. Quiero escribir versos dedicados a tu nombre, que tú me sonrías y me digas tantas cosas. Que me quieras por lo que soy y me tengas en tu mente, que me tengas en tu boca cuando hables de tus sonrias.

En tu diario.

Quiero ser parte de tu manuscrito, quiero ser el protagonista en tu diario. Aunque solo sea una semana, o solamente un día o más que sea un beso. Que mi nombre esté escrito en otro color y subrayado, es decir, notar mi presencia en las páginas que me arropan, quiero que los adjetivos con los que me califiques sean positivos, sean increíblemente adictivos. Deseo que me arrope tu tinta en tu secretas páginas, que suspires al leerlo y quieras repetirlo; deseo ser parte del movimiento de tu mano al escribir mi nombre, quisiera que un ligero porcentaje del calor de tu cuerpo lo genere mi imagen en tu imaginación.

Puedes darle énfasis a mis párrafos, incluso puedes fantasear con mi habilidad de escritura, hazle caricias a mis letras y diles que las quieres, hazlas sentir la parte privilegiada salida de tu boli, salida de tu mente, bombeadas por tu corazón, filtradas por tu cerebro y plasmada por tus dedos. Haz lo que quieras con mis sonrisas pero date cuenta de que existe, imagíname en tu espalda al escribir, imagina mis suaves besos en tu espalda mientras deleitas tu papel con tu caligrafía, cántale al papel y hazlo sonrojarse, dile cuan bello es por sujetar tus palabras y hacerlas permanentes.

No le digas a tu papel mi problema con el autoestima, no le digas que me desahogo con vodka y tampoco le digas que vivo en la penumbra bajo el techo de mi casa. Dile que soy feliz, que danzo en mi camino, que soy guía de mis emociones y que yazco en senderos de predominantes sonrisas. Diles que mis sombras son ínfimas pero cuéntales que nuestros detalles son íntimos, puedes decirle que odio a la gente, eso me da igual.

Puedes contarle todos mis defectos a tu diario, puedes decirle que me odio, pero que lo escondo, menos cuando escribo. Dile que esperas de mí a una persona fuerte, que esperas que no me deje llevar por lo que yo mismo me digo, dile a tu diario cuánto amor serías capaz de albergar para mí. Pero cuéntale que mi palabra será fiel, que yo cuido de las personas que me quieren y doy más del cien por cien, que estoy al pie del cañón cuando algo te haga daño. Y escríbele en algún color intenso que yo me arriesgaría, que yo amaría de nuevo. Porque sé los riesgos y a lo que me enfrento si fallo, pero culmina tu día diciéndole que todo por mi corazón merecerá la pena.

martes, 26 de noviembre de 2013

Ni un techo para mí.

Ya ni respiro,
ni vivo, ni entiendo.
Ya ni suspiro
y solo deliro.
Harto de todo,
harto de mí,
harto de ellos y
harto de todo.

Ni sonrío en privado,
ni vivo siquiera amado,
ni deseo, qué más da.
Ni quiero, ni odio,
ni siento, qué más da.
Te quiero y me muero,
Me odio y vivo.
Y sigo, joder y sigo.

Techos de alumbre, techos de mierda, puta existencia vivida, tanto papel que estirar y tan poca tinta para usar, nudillos débiles tras una garganta inválida, una mente cerrada y aterrada un puto desdén de sensaciones cultivadas, un cielo que cae y un charco en mi vista, un chico que llora del cansancio y una familia que no existe, ni vivo ni respiro, ni salgo ni suspiro. Qué, pues yo, y nada más que yo. Que os den, si eso soy yo, un cero, si esto soy yo, sincero, duro ante las balas y blando ante el afecto, qué, pues yo joder, otra vez yo, llorando por tu puta culpa.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Ojalá.

Ojalá mis textos hablaran de amor, de abrazos, de momentos cursis que retumban en el corazón mustio. Ojalá hablasen de tus ojos, del tacto de tus besos, del sabor de tu piel o del olor de tu perfume. Ojalá hablaran de tu pasión, de tus caricias, de tu pincel que pinta incesable colores cálidos en mi pecho. Ojalá fuera tu lienzo, ojalá fuera tu escudo, tu ayuda, tu compañero de aventuras, tu fiel eslabón, un codo con codo en el frente de batalla, un cuerpo a cuerpo en momentos de paz. Ojalá susurraras mi nombre al despertar, ojalá secaras mis lágrimas al desvariar. Ojalá estuvieras aquí cuando el dolor emerge, ojalá estuvieras aquí cuando la diversión brota de mí. Ojalá fueras mi confidente, ojalá pudieras entender mi mente y bucear en mis tonterías, ojalá arreglaras el desorden de este ático colorido.

Ojalá pudiera susurrar tu nombre al verte despertar, ojalá pudiera ser tu aliado en las guerras contra el dolor, ojalá te ofreciera un frío helado en los veranos más áridos, ojalá fuera yo esa muralla contra la realidad, ojalá no fuera fugaz el mágico instante en el que te hablo. Ojalá esculpiera mis versos para que los aprecies como yo deseo, ojalá no me volviera loco cada vez que deseas que esté allí -por escasos que sean-, ojalá mi corazón no latiera vigoroso al leer tus mensajes, ojalá no me temblaran las manos al acercarme a mi confesión, ojalá no fuera mi confianza propia tan escasa. Ojalá fuera como en mi imaginación veo que soy.

Ojalá no fuera tan cobarde, ojalá no fuera quien hoy arde en la melancolía, ojalá me atreviera a acercarme y ojalá pudiera deleitarme, ojalá te confesara lo que me asalta día y noche, ojalá me invitaras a ser parte de tu compañía, ojalá me preguntes qué es lo que me ronda, ojalá me atreva a decirte que eres tú y ojalá no lo rompiera todo en pedazos, ojalá no fuera tan atrevido como para decirlo y ojalá pudiera sentirme un cobarde para no confesarme.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Si fuera por mí.

Ese momento en el que te sientes atada por el cuello, no literalmente, no por alguien, es un producto de tu mente rota, de tu pensamiento oscuro que te ata. Ese frío momento en el ni siquiera sabes para qué sirve maquillar tus lágrimas, ni siquiera sabes para qué sirve salir de casa, para qué, si volveré sola y mañana será igual. Te miras en el espejo, dolorida porque sientes que no te va a gustar lo que verás, y ahí estás tú, iluminada y todo lo demás oscuro, tu rostro pálido aunque sea en tu visión muestra una fragilidad al día a día, tus manos tiritan, quebradas por la fuerza que ejerces sobre el peso de tus hombros.

Te ves atada, de pies y manos, con una sábana roja cubriendo tu cuerpo desnudo, frente a ese gran espejo, apoyas la mano en él, para acercarte y verte con más detalle, aunque no puedes pues se encharca tu mirada, sientes como la garganta se comprime y no te salen las palabras. Golpeas el cristal pero te duele más a ti, las dudas te rondan, las lágrimas te desbordan, y ahí estás tú, sola, frente a un espejo y con un foco de luz blanca que te ilumina solamente a ti.

Te sigues mirando intentando contener tus pensamientos, te pones en pie grácilmente, y aún mirándote sigues sin verte mejor, te fijas en algo raro, soy yo que entro fundiéndome con el entorno, yo soy oscuro como mi pensamiento pero me acerco a ti por tu espalda, poso mi mano en tu hombro, giras tu cuerpo hacia mí y como quitarse los tacones tras una noche ajetreada te sientes aliviada, déjame cargar con tu peso esta noche, déjame tus lágrimas estos días, pon una sonrisa en tu rostro, pon un bello maquillaje y con eso me refiero a que alegres tu rostro, mírate ahora en el espejo, ¿No es todo mejor cuando dejas de pensar en ello? Sé que es difícil, sé que es duro.

Mírame a mí, yo vivo en la decadencia, y solo me cambió el rostro cuando sentí tu sufrimiento. Solamente pude sonreír para contagiártelo a ti. Me duele más tu dolor que el mío. No lo entiendo pero es así. Y por eso yo estaré, y yo seré tu espejo, resaltaré lo que más importe, y seré incondicionalmente así. Por ti.

Tan solo un hombro.

No necesito más que un ángel guardián, no necesito más que una persona que esté allí cuando caiga para darme ánimos, un pañuelo que seque mis lágrimas sin gritarme "todo es tu culpa", solamente necesito un paraguas para las afiladas gotas de lluvia ácida, salada estaca que resbala por mi mejilla y resquebraja mi rostro. Esa mano que me meza mientras duermo, pues sigo siendo frágil, lo siento sociedad, no soy lo que queréis. Necesito un escudo contra la indiferencia de mi alrededor, ¿por qué yo poseo tanta empatía y lloro al verte llorar y nadie siquiera se para a preguntarme qué tal?

Quisiera un abrazo sincero, un abrazo... cálido, necesito despertarme y sentirme útil, es despertar y no tener rumbo, joder. ¿Quién espera verme al empezar un lunes? No sé, pero la respuesta que intuyo no me gusta, por favor que alguien lo desmienta, joder. No necesito más que alguien que de verdad le moleste que esté así, que me quiera ayudar por el simple hecho de quererme ver alegre, por mí, que lo haga por mí joder. Yo lo hago, yo lo haré siempre, seré esa persona que siempre intentará lo posible, que siempre estará ahí.

Enloquezco porque ya no veo la utilidad de despertarme, sinceramente, quiero matar mis sensaciones, a veces prefiero dejar de sentir y ser frío a ser el ser más cálido que conozco, seré muy sensible, pero soy muy imbécil, siempre lo seré. Pero intento ser mejor, intento sonreír y lo consigo, lo consigo siempre, menos cuando estoy tan solo, tan solitario como hoy, abandonado a mi suerte, olvidado como siempre, nadie dijo hola, nadie dijo adiós, pero bueno, es mi día a día. Todos pidiendo llenar sus bolsillos, su armario, su imbécil piel de tintas y de metales inútiles, pero yo no, yo solo pido un hombro, un puto hombro en donde llorar. Tu hombro, para sonreír en él.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Sueños de anoche.

Acompañado por la soledad me hago un hueco en mi día a día, a las siete de la tarde me acuesto y nadie ha preguntado por mí, -qué más dará- me digo ingenuo, me despierto a las dos de la madrugada, bueno, me despiertan, y debo irme a mi cama, y ni un mensaje en mi bandeja, ningún buenas noches, bueno, como siempre.

Pero ese tiempo dormido soñé contigo, soñé con tu voz a través de internet, como llevaba esperando. No era la conversación que deseo entablar pero me ayudabas. De vuelta a la realidad me dormí sobre las tres, ya era normal no recibir mensajes. Pero soñé de nuevo contigo, de ese sueño tengo pocos recuerdos, pero sé que justo al despertar me sentí fatal, me sentí muy mal, pues no fue real, no eras real, no como yo quería, eran las 5:52 de la madrugada y yo desvelado, esperando a que e dijeras algo, como un iluso, a tan altas horas de la noche esperando algo que no pasa ni durante el día.

Fue una noche cualquiera, una noche solitaria como todas las demás, pero estuviste tú, aunque fueras virtual, aunque fueras una imagen grabada en mi subconsciente, pero sentirte fue real, desearte fue real, era tu día y terminaste danzando en mi mente, como siempre pero más notable, más palpable. Más como yo desearía pero sin llegar a saciar mi sueño.

Y despierto confuso, por qué me pasa esto, por qué. Creía que ya había sentido este tipo de locuras por alguien, pero llegaste tú, dejaste tu huella y de repente superaste a todo lo vivido anteriormente, sueño contigo estando despierto y ya soñé contigo dos veces seguidas estando durmiendo.

viernes, 22 de noviembre de 2013

En círculos.

Despertar, quedarme tapado en la cama y resignarme, debo levantarme, ir a clase y trabajar allí como un autómata, hacer lo que ellos quieren y olvidar lo que yo siento. Volver a casa, tumbarme en la cama, no puedo con mis pies, la pesada maleta terminará en cualquier esquina, qué más da. Intentar mentalizarme, qué he hecho hoy, qué debo hacer luego, qué quiero hacer y qué haré realmente. Si ha sido un día duro de verdad acabaré dormido sin querer, odio dormir siestas, menos cuando es por dolor físico.

Si no duermo, pues comeré, almorzaré sin ganas pues mi estómago está cerrado, como el resto de mis órganos. Al terminar vagaré por mi casa, buscando una escusa para no hacer nada, para sentarme y olvidarme, me torturo pensando en todo lo que debería estar haciendo y no hago. Pero puede conmigo la pereza y sigo sin hacer nada, sé que soy un inútil porque yo mismo me lo busco, y aquí estoy de nuevo, frente a la pantalla, intentando llorar y sin poder, buscando contacto humano y sin conseguirlo, aunque hay breves momentos mágicos. No me muevo, no salgo, no camino, no corro, no valgo para nada, me he convertido en lo que más odio y ni siquiera me importa.

Qué hacer es la cuestión y cuándo es el problema, ¿lo haré mañana? Puede ser, ¿Realmente lo haré? No. Me pongo a escribir, el único campo en el que progreso, me pongo a desvariar, lo único que se me da bien a estas alturas, me suelo criticar fuertemente, y sin mueca alguna me acostaré tarde, sin sentirme satisfecho, sin sentir una aceleración cardíaca en mi pecho, quiero tu mensaje y si me llega ya no duermo más. La madrugada ya no importa me has hablado, la vida no es tan corta me haces sentir entusiasmado.

Pero te vas o mi cuerpo ya no puede más, me debo ir, el dolor me ataca, o me debo ir mis ojos se cierran, pero yo no quiero, pero yo no puedo, y te tienes que ir tú, no me quejo, pues sin irme ni mucho más lejos, tú de todo ese monótono día fuiste mi sonrisa. Porque al despertar de nuevo, será otro día, otro día igual.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Pero... ¿Y tú?

Tengo una duda, aunque sé que al ser yo el habitante de mi piel siento directamente mis sensaciones, mis emociones y mis decepciones, pero ¿y tú?

¿Qué piensas sobre ti, cómo te sientes al verte en el espejo? ¿Notas la perfección de tus notas como lo hago yo? Aunque seguramente yo siento más deseos por tus labios, ¿pero te ves como yo lo hago, es decir, te miras te sonríes y como yo haría al verte? No creo que pienses lo mismo de ti que yo, es muy difícil y lo entiendo. ¿Cómo te sientes en general, te levantas activa? O más bien te levantas triste y cabizbaja y te mentalizas para aparentar energía, porque no quieres preocupar a nadie. ¿Ríes tanto como cuando nos vimos? ¿Necesitas hablar y no te atreves? Bueno, yo estaré aquí, siempre y lo sabes. Siempre, siempre, siempre y siempre.

¿Necesitas un abrazo, un simple oído que te escuche y te quiera entender? Yo estoy dispuesto a moverme hasta donde te apetezca, como si son diez minutos, yo te devuelvo lo que has hecho tú por mí mil veces más grande. ¿Tienes problemas con el día a día? ¿Las noches te hacen sentir mal o te desanima despertarte? Tengo mil dudas sobre ti, tengo miles de ganas de saber que eres feliz. ¿Sonríes la cantidad diaria recomendada? ¿Tienes una buena compañía? Seguramente sí, estoy harto de pensar en mí, estoy harto en serio. Quiero sentarme a tu lado y empaparme de tus sensaciones, saber realmente lo que te perturba, lo que te molesta, lo que te gusta, lo que te encanta de tu día a día y lo que te gustaría. Quiero sentir la empatía propia de mí, y llorar contigo, reír contigo, y decirte "Todo saldrá bien". Y si no es así pues allí estaré perpetuamente.

Y por último ¿Piensas en este ser, piensas alguna vez en mí aunque sea para insultarme? no es lo más importante, me preocupa más si no sonríes, pero me pica esa curiosidad. ¿Alguna vez has sonreído tontamente pensando en mí? ¿Has pensado alguna vez en pedirme ayuda, en hablarme para desahogarte, confías en mí para contarme tus dolores más profundos? Porque yo lo haría. Yo vivo el día a día y sobrevivo, pero... ¿Y tú?

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Anhelado recuerdo.

Quiero recordar alegremente mi pasado, quiero tener recuerdos que realmente valgan la pena, sentir que me han querido, sentir que me han ayudado porque sí, sin razones secundarias, sin intereses, sin segundas intenciones. Quiero recuerdos que me arropen por la noche, aunque sean distantes, quiero recuerdos de dos personas que lucharon por una unión, quiero tener a esas dos personas en un pedestal, quiero recordar que aquel chico quiso a aquella chica de forma inefable, indescriptible sería ese recuerdo, Lunas llenas cogido de su mano, atardeceres sentados en lo alto de un edificio, mirando como el sol se esconde y la noche empieza a surgir.

Quiero recordarte entre las sábanas en las cuales el amor culminó adormecido, el calor de dos cuerpos que se rozan, de dos sonrisas que se transforman en un armónico ritmo cardíaco. El recuerdo de una mañana activa y de una tarde llena de sensaciones, de regalos de valor incalculable, recuerdos que me inunden de lágrimas al recordarlos, lágrimas dulces, lágrimas que merecen la pena. Que mi sueño aún fuerte se haya cumplido, que el tacto de tu voz sea real, que me erice la piel de la espalda al escucharte cantar en otra habitación, quiero que habites mi memoria.

Quiero recuerdos que me digan lo perfecta que es la vida, recuerdos que me definan la felicidad, recuerdos que me hagan soñar despierto, sueños que cambien mi Luna del cielo por tu sonrisa, quiero en esencia que tú seas la protagonista de mi mundo de color, de mi mundo monocromo y de mi mundo de las ideas, habítame, inunda mi mente, desborda las sensaciones y haz que mi adrenalina toque el cielo, pues si el pasado es perfecto en mi mente futura pues la vida será perfecta sin duda.

Quiero que seas mi recuerdo, el recuerdo perfecto.

martes, 19 de noviembre de 2013

Por favor hazlo.

Ódiame, ódiame por mis errores, por mi poca confianza en mí, ódiame porque seguramente no me lance a por ti, ódiame, pero ódiame de verdad porque no tengo iniciativa, por favor ódiame, ódiame porque soy un llorón, porque soy muy sensible y me alejo del estereotipo de hombre, ódiame porque te querré más que a nada y eso lo odiarás, por favor ódiame porque dependeré de tu sonrisa, ódiame por quererte a todas horas. Ódiame porque te fallaré en las promesas, por favor ódiame porque lloraré más de lo normal, ódiame, ódiame porque mi humor cambia constantemente, ódiame porque odio a la gente, pero por favor ámame.

Pero ámame, ámame por mis poesías, ámame, por favor ámame porque mi amor será eterno, ámame porque siempre me preocuparé por ti, porque me entregaré al cien por cien en nuestras pasiones, ámame porque seré sincero y fiel a mis palabras, seré quizás demasiado bueno y esté por las mañanas esperándote allí. Ámame por favor, ámame por mi esfuerzo al sacarte una sonrisa, por mi buen humor cuando estás triste, ámame si quieres a este loco eufórico, ámame, pero por favor ódiame. Joder ódiame.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Últimos alientos.

Tratando de encontrarte, de divisarte.
Advierto que mi corazón está abierto,
advierto que tú serás mi amada, es arte.
Tratando de besarte, de enamorarte.

Quién osó hacerte daño alguna vez
sin pararse a verte, tan buena, tan tú,
quien olvidó darte su cariño después.
Y no pintaron tu cielo de ese bello azul.

Encuentra mi latido con tu nombre grabado
salta mis obstáculos y llega hasta mi corazón
te prometo que por ti seré perfecto, tu amado.
Mas mi pasado te mentirá, carezco de pasión.

Quitole sentido a cada monótono día que acontece,
sientote en mis lágrimas, no lloro desde la despedida
Quierote decir que mi mente desvaría y enloquece
Que me quite la vida.

sábado, 16 de noviembre de 2013

En mi ático.

Ven, mire todo lo que hay, productos de todo tipo, buenos, malos, maravillosos y monstruosos, por favor no se quede aquí quieto. Pase, pase, que hay más cajas con cosas dentro. Mira en esta están las cosas que se quieren olvidar pero que nunca se harán, allí en aquella pequeña se guardan las ilusiones y las esperanzas, está sin abrir, mayormente por miedo a que se acaben.

¿Puede ver aquella oscura? Es difícil porque está justo donde no llega la luz, parece que la luz esquiva esa zona. Pues ahí normalmente se guardan los amores imposibles, no sé por qué pero a veces el dueño los saca, dice que no le gusta que estén en ese lugar, pero se van solos ahí. Bueno, no le entretengo con eso, mire, mire, ¿ve aquella azul de allí? Es una de las más importante para el dueño, creo que son momentos de absoluta paz, por eso pesa poco. ¡Aaaah! Veo que se ha fijado en esa grande y roja, bueno, como para no verla allí en medio del salón y tan bien iluminada.

¿Quiere saber qué contiene? Pues es sin duda la que más incumbe al propietario. Son deseos, pasiones, ilusiones y esperanzas, también la habita una bella muchacha, que a veces se va a la caja sin luz, y claro, se nos hace un lío el inventario. Hay bastantes de todos colores, de todo tipo de cosas, pensamientos, la caja del miedo por desgracia es la más grande y es que no es una caja, es una habitación. El dueño pasa todo el día allí, tratando de pintar las paredes, pero se tiñen de gris otra vez, es siniestro.

Mire aquella dorada del fondo, nunca la había visto. Si no está observando podremos acercarnos rápidamente. A ver qué tiene escrito. Mmm, pues dice "Ella", parece importante, en un pedestal bastante robusto, en un entorno limpio, césped y flores. Lo siento, no tengo la llave para abrirla, bueno... ¿cree usted que está bien amueblado?. Ah, bueno, lo comprendo, necesita volver a visitarnos para poder concretar, pues espero que sea pronto. ¡Ah! Y muchas gracias por visitar el ático.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Mi noviembre.

Oh, tan añorado este mes, el preludio al final del año, el mes de un frío que se resiste a llegar. Adoro este mes y sus promesas invisibles, sus viernes de especial importancia, sus vientos helados y cálidos, se pelea el otoño conmigo, tiritan mis manos al salir, sudo a mares al llegar, dónde estará mi norte gélido, aquel páramo que me volvía un cubito de hielo, cubierto por telas hasta la cabeza. Aquellas mañanas que tullido me hallaba bajo miles de mantas, el suelo estaba congelado, el aire tampoco estaba de mi lado. La ropa al ponérmela también estaba fría, joder, todo estaba frío; pero llegaba a la nevera y cogía la leche fría y no me quejaba, qué mudable es mi opinión.

Sinceramente, este mes me hace pensar mucho, terminaron cosas en este mes, es el prólogo del siguiente año, ya lo he dicho ¿No?, empieza tras un octubre de ganas vacías, pero recoge tus pedazos y te reconstruye, este mes cambiará mucho en mí, y te sumará un año a ti. Mi dolor bucal cesará, yo sonreiré con menos peso en la boca pero con menos dolor en mi rostro, los fantasmas estos meses no me persiguen, el miedo se evapora, no entiendo por qué Mi noviembre tiene nombre, no sé por qué mi noviembre tiene tanto peso en mí, cuántos pensarán lo mismo, cuántos pensarán lo contrario.

Los guantes, el gorro, el vaho visible, las gafas empañadas, si llueve, joder cristales inútiles hasta estar bajo techo, me encanta el olor húmedo de la tierra, del césped, el olor del agua que limpia la fachada del sucio edificio, los vientos que traspasaban la ropa y tiritaba el pecho, mis manos frotándose y el aliento intentando calentarlas. ¡Joder, puto charco! Ahora tengo un pie mojado, calcetín empapado y más frío en el cuerpo, aunque peor es cuando resbalo y caigo de culo.

Es mi mes preferido, mi mes frío, mi mes más fogoso para mí, no ha habido recuerdos importantes en este mes -todavía-, pero nadie sabe qué puede ocurrir. Mas no me importa, tengo mis ojos en tu rostro, mi mente en tus labios y mi fuerza se alza y combate el frío. Te hallas lejos, pero cerca te hallo yo.

Mi dulce noviembre.

martes, 12 de noviembre de 2013

Solo la paciencia me comprende.

Escribiré rápido este texto y pondré en la mesa mis cartas, no tengo ases ni tengo escalera de color, pero lo arriesgo todo en esta partida sin echarme atrás, All-in. Todo lo que me queda en la mesa, apuesto a ciegas. No tengo tiempo que perder, pero lo pierdo todo, salgo de aquí, huyo hacia el monte lejano de pensamientos, lejano de dolores innecesarios, solo quiero los que necesito, solo quiero aquellos dolores que anhelen tu presencia, pues ellos me llenan de ilusión y de desahogo.

Ya no hay alcohol que distraiga la costumbre, no existe brebaje que consiga calmar el león enjaulado, pues el que sí existe es tan difícil de alcanzar que se da por mitológica su procedencia. Mas yo he visto a la portadora que cuenta la leyenda, y es ella la que fortalece el estrecho vínculo entre mente y corazón. Condené a mi dolor al amparo de la soledad, yo no sufro más hasta escuchar la negativa de sus labios, reiré y fuerte permanecerá el erguido soldado que batallea en mi interior.

Hierro y amor, fundiendo el perfecto acero de solidez impoluta, sé que yo podría lograr en tan bello rostro una sonrisa pero, por otra parte, también podría hacerte perder la cordura, llevarte a la desesperación extrema, pues yo soy una bomba de autodestrucción que explota aleatoriamente, intenté encontrar el cable rojo para apagarme, pero no existe, no es tan fácil. Por eso soy un riesgo, soy una virtud, soy un defecto y por todo esto soy perfecto.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Férreo deseo.

Cuenco de risas, aquel paraguas a los momentos felices, domina tu identidad, sumerge tus diamantes tras las carnosas puertas que esconden aquel terciopelo invisible, deleita la fina seda que vibra en tan dichoso ser. Es el gradiente amanecer que muestra el blanco de tu alma, el brillo de tu pulida mina, yo queriendo degustar ese elixir, dudando entre dulzura y acidez, inclinando la balanza hacia el dulce sabor del azúcar en la fuente de tus palabras. Tener el don de surcar la llanura pálida en duros momentos y rojiza en situaciones cálidas. Ondea la rama que sujeta tus hojas al rededor de mi abdomen, incitando a mi piel tejer una telaraña entre tu tronco y mi pecho, gemí al sentir el roce de la savia en el cuello.

Acaricié tan suavemente tu corteza que no sé si tus pétalos se estremecieron, mas el vaho que impregnó tu canela coraza dejó marcado el deseo. Tan agria la distancia y cabizbaja sensación, tan amargo el anhelo que baña de sal mi mundo. Tan verde florece tu imperfección retumbante en mi pensamiento que resuena perfecta la melodía que emana tu violín, búscame pues tengo sentimientos en cola para ser tu pálpito. Gocemos de una dulce unión en nuestro ático, dejemos al resto del mundo ser apático y centremos nuestro hábito a ser sarcásticos. Entre las cortinas que ocultan la tentación, entre el xilófono que esconde tu sensación. Vuelvome loco pensando en dos, en un tú fuerte que regale pícaras sonrisas tras una mirada ínfima que solo haga a mi yo emprender situaciones íntimas.

Somos tú y somos yo, y tuyo es el delicado impulso de mi dedo en tu mi sostenido, el cual golpea tan grácilmente la cuerda del piano que su sonido es únicamente para nosotros, deposito lo que antes aposté y perdí, un miocardio enfermo que hoy quiere brotar de nuevo, y míralo volando entre las nubes con tu perfume, ¿quién podría decirle que no?.

Un cimiento anónimo.

Búscame tras tu derrota, yo no busco vencedores. Busco corazones fuertes y llenos de magia. Me da igual que te caigas muchas veces, me da igual que llores, que a veces caigas en el pesimismo. Pues yo vivo en él, escribo sobre él y le dedico mis poesías. Solo soy uno más, pero uno que no quitará nunca la mano para ayudarte, no me importa lo demás, no tienes que ser famosa, no tienes que tener a miles de personas alabándote para que mis ojos se fijen en ti, pues si tu corazón es humilde mis ojos te observarán, si te preocupa el dolor ajeno mi mano jamás te negará su tacto. Tus lágrimas nunca serán el motivo de mi burla, no seré como esas personas que te dirán cuánto tienes que llorar. Sería irónico.

Tómate un respiro y no preocupes por tu aspecto, que tus ojos y tus ilusiones no los puedes maquillar, porque aunque pudieras, mejores que los tuyos no los podrías encontrar. Siéntate no necesito que me mires, tu voz lo dice todo, tu dolor saldrá solo. Yo mi dolor lo entierro, la gente critica demasiado si eres pesimista, pero qué raro, nunca ayudan. Fui, soy y seré algo más que un apoyo, nadie te escuchará más que mis oídos, mi nivel de empatía rompe sin duda la media global. O nos hundimos juntos o emergemos, o emerges tú empujada por mí, seas quien seas, sea quien sea yo.

No sé si mi mente divaga ya por lagos de locura, me repito constantemente y no avanzo, pero mírame: estancado, pesimista, amante del dolor, pero si me pides ayuda no te juzgaré, o sí, lo que desees, solamente te diré la verdad, te cubriré de la metralla de la vida, y pondré en juego mi sonrisa para lograr la tuya, sí, vaya decepción ¿eh?

Sé que mi pasado es normal, como el de todos, que mi concepción de la realidad es la que le da su tono fúnebre, pero mírame, seré tu cimiento.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Destino danzante.

Quién osaría dañar tu alzado latido, jamás
querré entender al ser hiere tu pecho.
Mas del dolor hastío, hallada oculta detrás,
el amor nos inicia con ceguera y sin techo.

Vives rea del devenir del corazón, te diré
aunque la lágrima surque la mejilla ya pálida
este compañero de hojalata te querrá siempre
y solo nos quedará del dolor su la lápida.

En mi epifanía, mi sentimiento por tus labios
deleitaba tu imagen, sonriendo y cantando,
don envidiado por todo aquel dichoso sabio.

En mi día, arde el anhelo preso por tus palabras,
segando de ilusiones el mar que está bailando
en una mente donde abunda la cárcel macabra.