viernes, 11 de octubre de 2013

Mi final.

Paso totalmente de lo que la sociedad dictamine, de lo que la sociedad juzgue sobre mi pensamiento lúgubre, si mi deseo incondicional es verme entre una multitud fúnebre. Sí, mi deseo es pasar a otra vida, no por cobardía, aunque sí es cobardía, imagino un mundo imaginario en donde yo, y solo yo soy dueño de mis emociones, ya no es mi pasado gris, ni mi pasado oscuro y encerrado, que nunca, que jamás cuento, pues me avergüenza tanto, que solo se lo contaría a una persona, con la que apenas puedo hablar.

Si mis puertas a otro mundo están rotas, vivo la realidad y me hundo en mi puta miseria, estoy harto de pensar así, por supuesto, si te prometí ser feliz, te prometí volar usando mi agonía de impulso, mi mente enuncia doctrinas a mis labios, que siempre fallan, que siempre se equivocan, ¿y si no quieres hablar conmigo y por eso casi nunca me contestas?, cosas como esas rondan mi mente y me infectan, porque me dijiste una vez que si fuera así me lo dirías a mí. Pero es la costumbre la que me envenena, es mis penas el mayor de mis lastres. Si ya no vivo, si ni siquiera muero, mas yo quiero.

Hablo de muerte constantemente, más que en un pasado cercano, quizás me estoy intentando convencer de algo, quizás intento quitarme ese pensamiento blanco lleno de promesas vacías, porque no prometer nada, si siempre mi amada acaba decepcionada, incluso cuando jamás me ha amado, como en realidad siempre ha sido. Soy una persona difícil de querer, y por mucho que me gustaría no decirlo, no es por lástima, no es por otra cosa que la puta realidad, me cuesta ser una persona que encaje bien entre la sociedad, soy diferente, soy una persona bondadosa oculta tras una careta de falso "extrovertido".

En mi mente solo hay un puto deseo, descansar. Pernocto incluso en mi propia cama, pero no consigo despejarme. Existe, no existe un silencio en mi oscura y perturbada mente rota. El problema principal soy yo y la única solución... ¿sabes cuál es? Yo. Encerrado en mi puta vida como un puto ángel desterrado, un puto desecho más de una urbe que produce más veneno que viva esperanza, un cero en la izquierda más lejana pero un juguete próximo para el corazón malvado que no tenga remordimientos en quebrar mi frágil pecho. Un puto y asqueroso saco de pensamientos pútridos que se aparta por voluntad propia para destruirse. No quiero dar un jodido paso más, quiero mi puta muerte, quiero dejar de vivir de una putísima vez. La quiero ya.

Siento decirlo, jamás lo entenderías, mi corazón no aguanta más este sufrimiento, decidle al mundo que me fui y no fue llorando. Que fui débil y sobre todo que lo siento.

(Sin embargo llegaste, me saludaste, me embriagaste de sensaciones. Invadiste mi pensamiento y has impregnado mi corazón. Me dijiste 'hola' de forma peculiar, me diste un abrazo que emanó en mi corazón un elixir mágico. Me hiciste reír y sosegaste mi pensamiento con tu canto de sirena -qué sirena, de diosa olímpica-. Llegaste y ahora quiero vivir. Si existes tú el mundo tiene esperanzas. Aunque no me beses como en mi imaginación, tu existencia hace merecer la pena la vida.).