miércoles, 26 de febrero de 2014
Intrínsecos versos.
lunes, 24 de febrero de 2014
Síntomas de una vida.
Tras mi mente.
viernes, 21 de febrero de 2014
Todavía entre mis anhelos.
miércoles, 19 de febrero de 2014
Quisiera tanto.
martes, 18 de febrero de 2014
Inesperado respiro.
lunes, 17 de febrero de 2014
Canción paciente.
domingo, 16 de febrero de 2014
Ardiendo en mí.
sábado, 15 de febrero de 2014
Lagrimales secos.
viernes, 14 de febrero de 2014
Vivir en la imaginación.
jueves, 13 de febrero de 2014
Introspección.
miércoles, 12 de febrero de 2014
El brillo de tu felicidad.
martes, 11 de febrero de 2014
Invierno cálido.
lunes, 10 de febrero de 2014
Esperanza de humo y ficción.
Amor pétreo.
domingo, 9 de febrero de 2014
Sin tu sonrisa.
viernes, 7 de febrero de 2014
Rabia televisada.
jueves, 6 de febrero de 2014
Compleja autodestrucción.
Roto el espejo que cayó perplejo, sin voz, ni reflejo
que halle y disipe el tedio, ni ver el camino por donde vas.
hondas dagas en el asedio, siento mi sonrisa allí, muy lejos.
El vaso que embriaga se acerca, me llena, me olvida y desata
pensamientos rotos, sensaciones plenas que rompen el hastío.
Mío fue el mundo mas ahora mi mente erra por calles blancas,
vacías tan ásperas, que ni el roce de mis dedos siento, vacío.
No cesó mi luz cuando muros se antepusieron, no pude, no pudieron
detener mi lucha, no más fulgor marchito, no más cúpulas de sal;
nadie imaginó el poder de la soledad, cuando sin pensarlo, se levantaron
sus hachas de angustia y espanto, que de un corte, taló mi mueca y sembró el mal.
Y quién si no ayuda al pobre reflejo de los charcos, quién si no, más que yo.
Me arrodillé ante mi palpable ansiedad, no siento nada, más que un simple ardor,
no cesa, no fluye, se queda ahí, danzante como estable, cortante al hilo de mi voz
pálida, siendo de emociones inválidas nació, vino a mí, y hundida me abrazó.
Mas vaga, diminuto héroe, por praderas inestables, sin vida, infértil, sola, marchita.
Investiga el pequeño ápice que queda de cordura, útil, bella, amada y perdida.
Llantos que el amor por mi flor suceden, deseo inefable, ni el viento los puede quitar.
Lindando con la perfección tu dulce voz, que tantas veces nombro, mi querida;
miércoles, 5 de febrero de 2014
Soledad de verso a verso.
Mustio el suscitante anhelo que resbaló del párpado
gris y sosegado, cautivado por el negro pálido que hubo resbalado.
Traslúcida ilusión que tornó su hielo en simple líquido salino
que suspiró, gritó, quiso ser y murió antes siquiera de ser mi inquilino.
Ella le lloró, pues su amor se fundió entre sus dedos,
el tiempo pasó, sin temores y sin miedos, se hizo rápido.
Miró atrás y vio el error que comió de su mano, el fuego
que prendió el pecho y fulminó su mente, su amor pálido.
Mas el poeta como en su costumbre, erró al sentir por ella,
pues amor en su pecho cultivó por ella, para amarla.
Mas el poeta en su ingenua mente, la idealizó, es su estrella,
ya imposible la marcha atrás, no hay más remedio que esperarla.
Anhelarla.
Tenerla en mente.
Contemplarla, llegué a destiempo.
Besarla, solo en mi mente.
Su pecho solloza por él, por él.
Desvaría, no por el poeta, pero ausente de alegría.
Yo por tu felicidad cien años sufría, amiga de mi compás, de mi paz.
Ab imo pectore te digo, amada, te quiero.
Pero con cordura te digo, mi amiga, te quiero.