domingo, 9 de febrero de 2014

Sin tu sonrisa.

Mi mente rechaza la inspiración si tu sonrisa no existe,
me dice que vaya y que te haga sentir dueña del mundo.
No entiende que aunque te ame, soy demasiado triste
para plasmar la sonrisa en tu rostro, me sentí confuso.

Sonríe flor dorada, sonríeme,
ni por mí ni por él, por ti.
Enseña tus dientes, ríete,
mi deseo es verte feliz.

Aunque la distancia junto a circunstancia me aleja de ti,
no importa si el dolor se abalanza e intenta destruirme a mí.
Necesito una sonrisa sincera en tu faz, si no nunca hallaré paz
en mi reino, entre escombros cuando imaginó tu lágrima fugaz.

Intenté olvidarte, mas erré,
no puedo dejar de verte.
Se apaga tu luz, y lloré,
y mi pecho cayó inerte.

Dime ven y me plantaré ante ti, mi amada, no soportaré tu tristeza,
no te mereces el hastío de esta vida, ni que te sulfure la existencia.
Dime ven, mi poema, y besaré tus pasos hasta que te vea sonreír,
pues sin tus labios alzados en esta vida, yo solo podría sufrir.