viernes, 7 de febrero de 2014

Rabia televisada.

A veces me siento un poco ajeno a este mundo, lleno de superficialidades, gente que siempre tiene prisa, pero nunca me había sentido tan solo en mi propia casa, el único lugar en el que me sentía resguardado del mundo exterior, ahora ni entre estas cuatro paredes me siento uno más. Bueno, esto lleva pasando mucho tiempo y como siempre hay un punto en el que exploto, un punto en el que me dan ganas de enzarzarme a puñetazos con cualquier pared hasta que sangren mis nudillos. Me entristece ver que la televisión va escalando posiciones, ya tenía el monopolio de importancia de mis padres, pero cada vez se superan más y si no les dejas escuchar alguna película que ya han visto varias veces llegan hasta a amenazarte.

Cada minuto que pasa me tienta más y más ir allí y cargarme la tele a martillazos o simplemente cogerla y tirarla con mucha fuerza, cuando no puedes hablar, no puedes casi ni respirar porque el programa que está dando por ese aparato es el aire de los pulmones pútridos de esos elementos, sabes que algo falla, que algo falla de manera alarmante.

La televisión como la canción de Daft Punk "Television rules the nation", aplicable a todos los países de este puto mundo plagado de mentes débiles y de cajas tontas.

Ya no me siento cómodo en mi propia casa, ya no me siento nada ni nadie, pero supongo que a la tele no le importa. Ni a nadie.