martes, 11 de febrero de 2014

Invierno cálido.

La escarcha en los ojos emergen del gélido corazón,
sazonado con brotes que congelados murieron jóvenes.
Convirtieronse en desgana, en desánimo; ausencia de amor,
que se derritieron en la mente, corroyendo tantos túneles
donde vivía la ilusión, ya no hay más que un sendero vacío.

Nevó de nuevo en mis lagrimales, parece que se acerca un temporal,
sensaciones que hielan el ser, el estar e incluso el poder llorar lo fatal.
Ya ni escribo sin tiritar el miocardio, lo siento gélido rogando piedad,
y es cierto mi pequeña gran flor, el frío no te sienta bien en mi cavidad.
Entre el pecho y el amor ya no hay simbiosis, se desencadena el río.

Resto días a la esperanza y los sumo a la locura, no a la sana, a la hiriente,
a la fuerte que enraíza en el hielo más férreo que siembra pánico cortante.
Tras el alud de desilusión, se posó en la cicatriz el cubito de cruda mente,
la que fuerte me rompió el presente, me gritó que no hay futuro adelante.
Aun así sigo queriéndote, aun así sigo deseándote, pese al gran hundido hastío.

Huella que tu nombre de uve doble inversa sobre un tallo dorado que derrite
tanto el hielo, tanto el anhelo como el desespero, el síntoma de mi falso cielo.
Tengo tu beso en mi mejilla bien guardado, me dará calor y si eso se repite
seré la felicidad en verano, la ilusión del ser humano, tenerte en mi beso.
Mas besé la espina de la rosa más bella de este dorado prado, lo sentí mío.

El hielo ya es líquido en tu beso,
el ardor lo calmó y siento el peso
de un hombro tenso que cede ya,
ante la sombra de tu pétalo, verás,
en mi mente estás, no te has ido.
Verás seré tu ángel, aunque caído,
entre tus besos me impregno el oro
que tus labios dan,  aunque yo solo.

Mírame, bésame si quieres sentirme.
Bésame, mírame si quieres amarme.
Ámame, siénteme si quieres besarme.

No me hieras, quiéreme aunque desees alejarte.
No te alejes, hiéreme aunque desees quererme.
No me quieras, aléjate aunque desees herirme.

No me hagas caso y ven, no me hagas caso y abrázame.
Necesito tu consuelo cálido, tu sol en mi Luna enferma,
amordaza el silencio que me evade del sincero pésame.
[Deseo sentir tu cuerpo.]
Mi corazón anoche me dictó: eres mi luz, mi único poema.
[Mas por eso yo lo siento.]