lunes, 3 de febrero de 2014

Satélite de mi pensamiento.

Das vueltas alrededor de mi pensamiento, estás ahí siempre orbitando. Eres como la Luna, aunque no te vea sé que estás ahí, donde te necesito, en mi pensamiento. Alzándote en los pocos días de Luna llena, en los que puedo verte con toda tu luz. Sin que nada obstaculice mi visión. Tan bella, tan esbelta. Rondando mi pensamiento cada momento, dando vueltas y vueltas en mi cabeza todos los días, cada segundo, cada instante...

Y me pasa como con la Luna, desearía tocarte, sentir tu superficie en mi piel y algo que la Luna no me ofrecería, tus sentimientos. Desearía deslizar mis dedos por tus cráteres, palpar tus lunares, esas constelaciones que tienes en tu cuerpo, en tu espalda ir besando cada centímetro hasta llegar a tu cuello. Donde te abrazaría con todas mis fuerzas y te susurraría deseos que no escribiría, no por su intimidad sino porque quiero que solo los oigas o los leas tú. Solamente tú. Mi anhelo del cielo.

Hay tantas noches que miro al techo, blanco, pálido y oscuro por la ausencia de luz; y pienso en ti, pienso en qué estarás pensando. También pienso en si estarás durmiendo porque muchas noches te duermes tarde. Me tienta hablarte a esas horas, muchas veces lo he hecho y así realmente es cómo se ha consolidado nuestra amistad, pero muchas veces pienso en decirte lo que siento, cosa que jamás haré si no es cara a cara. Porque lo veo mucho más directo y es lo que a mí me gusta. Pero sé que jamás te lo diré, porque tengo miedo a que te vayas.

Hay muchas noches, muchísimas en las que te siento en mi retina aunque no te veo. Palpo tu imagen como un satélite en mi pensamiento, siempre ahí, dando vueltas y vueltas sin cesar. Sin parar jamás. Sinceramente siento cosas nuevas, tantas cosas nuevas que creo que es amor, pero esta vez de verdad, esta vez no es por miedo. Pero claro, yo nunca he sabido cómo llevar estas cosas y como de costumbre lo haré todo mal.

Pero seré optimista, tanto que cuando suene mi teléfono pensaré que eres tú, que cuando me llegue un mensaje sea tuyo o que si alguien me llama a la distancia por la calle, que seas tú. Solamente por la sensación de ilusión que siento hasta que descubro que no eres tú, como me pasa con la Luna. Mi amada, mi tan lejana sonrisa, mi poema. Solo quiero decirte que eres mi planeta favorito. Júpiter es pequeño al lado de tu belleza, pequeña luz del cielo que iluminaría mi galaxia. Gracias por posarte en mi ilusión, me haces sonreír cuando nada me importa. Justo cuando me colapsaba convirtiéndome en un agujero negro, llegó tu voz y me hizo brillar de nuevo.