sábado, 23 de noviembre de 2013

Sueños de anoche.

Acompañado por la soledad me hago un hueco en mi día a día, a las siete de la tarde me acuesto y nadie ha preguntado por mí, -qué más dará- me digo ingenuo, me despierto a las dos de la madrugada, bueno, me despiertan, y debo irme a mi cama, y ni un mensaje en mi bandeja, ningún buenas noches, bueno, como siempre.

Pero ese tiempo dormido soñé contigo, soñé con tu voz a través de internet, como llevaba esperando. No era la conversación que deseo entablar pero me ayudabas. De vuelta a la realidad me dormí sobre las tres, ya era normal no recibir mensajes. Pero soñé de nuevo contigo, de ese sueño tengo pocos recuerdos, pero sé que justo al despertar me sentí fatal, me sentí muy mal, pues no fue real, no eras real, no como yo quería, eran las 5:52 de la madrugada y yo desvelado, esperando a que e dijeras algo, como un iluso, a tan altas horas de la noche esperando algo que no pasa ni durante el día.

Fue una noche cualquiera, una noche solitaria como todas las demás, pero estuviste tú, aunque fueras virtual, aunque fueras una imagen grabada en mi subconsciente, pero sentirte fue real, desearte fue real, era tu día y terminaste danzando en mi mente, como siempre pero más notable, más palpable. Más como yo desearía pero sin llegar a saciar mi sueño.

Y despierto confuso, por qué me pasa esto, por qué. Creía que ya había sentido este tipo de locuras por alguien, pero llegaste tú, dejaste tu huella y de repente superaste a todo lo vivido anteriormente, sueño contigo estando despierto y ya soñé contigo dos veces seguidas estando durmiendo.