domingo, 4 de enero de 2015

Luz de Luna.

Quizás amo a la luna porque me recuerda a ti,
quizás te amo a ti porque me recuerdas a la luna;
quizás me gusta que la Luna te ilumine el rostro,
quizás me gusta que ilumines la cara de la Luna.

Puede que me enamore de los rayos del Sol blanquecinos,
incluso las nubes que te tapan, te embellecen, solo a ti.
Mi claro de Luna, mi luz de Luna, mi Luna entumecida,
mi distancia de locura, mi cordura escondida, sin mí.

Ha sido desahuciada la felicidad de mi mente tan rota,
pues tu beso era el aval, y no pude entregárselo, a mí.
Desnuda quedó la esperanza, y tornó su dolor en mi contra,
la entendí, la consolé y aún así, se fue lejos de aquí.

Me acurruqué frente a lo único que me quedaba, la oscuridad,
supe que no me proporcionaría alegría, pero restó soledad;
tras envolverme entendí que la salida sería imposible, ya no
volvió a sonreirme ni a quererme, se desvaneció, ven, por favor.

Prometo ante todos los astros que me ven y diviso, sin ayuda,
estaré y estaría en tu felicidad, sin pegas, sin dolor pútrido.
Miro a mi Luna y me acuerdo de ti y te miro a ti recordando la Luna,
¿ella eres tú o tú eres ella? Lo confieso ante las estrellas,
incluso más que mi Luna, sin temor al error, tú, eres la más bella.