lunes, 5 de enero de 2015

Temor, ceguera e ilusión.

Quisiera hundir mis penas en su sonrisa, en su radiante pasión por la vida. Es tan especial, es tan increíble. Duele verla siendo así y ser yo cómo soy, ¿Es normal esta desazón que hace sollozar al alma? Un ser cuerdo no puede aguantar esto demasiado tiempo, pero la distancia dijo basta y me separa de ti, aunque tú no lo sepas, aunque no te importe realmente. Lo siento, quizás necesito ese sentimiento y por eso enloquezco tanto. Pero es que no sabía que lo necesitaba hasta saber de tu existencia. Quizás he echado demasiado leña a este fuego, y esté ardiendo de más esta pasión, pero no puedo con ello, no puedo con esto.

Eres el color de esta vida monocroma, y quizás cual polilla en trance por una luz cegadora me atrajiste, y aquí me hallo a merced de tus labios, sin que tú lo percibas. No es sano, no es normal, no es siquiera factible, ¿Verdad? Es el miedo, el terror al fracaso lo que me detiene, la experiencia mató la aventura que osaba buscar el miocardio, mas aún así, necesito que lo sepas, aunque tu mirada torne decepcionada, aunque tu luz deje de alumbrarme, necesito ese sufrimiento, ojalá no me invadiera esta cobardía azul.