jueves, 1 de mayo de 2014

¿Qué querría?

He visto brotar ilusiones de mi pecho afligido, he sentido cómo se desarma mi coraza, cómo sueño y me destroza la sonrisa eterna que no existe. He visto mis esperanzas marcharse y alejarse tan fríamente y tan veloz, que no me ha dado tiempo para despedirme. Es el desasosiego del manto volátil que sobrepasa mi mente inútil y pétrea. Estática ante el sufrimiento, mas entre las paredes de mi cuarto sollozo y hago de mi dolor un pozo de fondo inalcanzable. Como un mar de lágrimas, como una lágrima navegante en las orillas de mi rostro.

Me iluminé en la oscuridad y me atreví a pensar en amor, y tuve que soltarlo y destrozarlo, cómo no. Lo confesé, errante y cobarde, aunque qué más da, si la respuesta será la misma, y ruda la realidad me pisó, me dijo que me engaño con frecuencia, que me merezco el llanto infinito y sobre todo, que no me merezco el beso que invade mi ilusión. Solamente el beso que me haga morir al día siguiente, que me haga dudar del amor constantemente; solamente me merezco el beso de una voraz medusa que partirá mi pecho en dos, convirtiendo en piedra mis pensamientos, haciendo que sucumban y me autodestruyan, que me debilita la vida en vez de fortalecerme y constantemente me pregunto: ¿Qué es vivir?

¿He vivido alguna vez? Seguramente la inopia, en la ignorancia perpetua de que a pesar de lo cruenta que sea la batalla en mi corazón, en el exterior de este miocardio existe felicidad. Y me vuelvo a preguntar: ¿En serio se puede sonreír? Y es que no me reconozco y el espejo me degrada o tristemente me muestra la realidad, simplemente, no lo sé. Y si supiera algo, qué feliz sería. Y si supiera algo, ¿qué es lo que sabría? Es más si quisiera saber algo, ¿Por qué lo sabría?

De lo general hablo sobre el sufrimiento, en lo particular hablo del amor, en lo concreto hablo de su voz y en lo específico hablo de sus labios. Quizás me atrajo su inteligencia, su humor, su luz inefable y su portentosa sonrisa; amplia, grande e indescriptible desde el corazón, solamente la definen bien el retumbar de mis latidos. Y quizás es un engaño para evitar hundirme por sufrimientos del pasado. Quizás me refugie en esta esperanza para alejarme de temores del pasado. Y lo que más quisiera, quizás te elija porque eres lo que más a la perfección se ha acercado, y metafóricamente hablando, vámonos al viento. Unámonos en la orilla del mar, usando risa e ironía, si la sal nos endulzara y la vida nos salara. Si mi luz por fin encendiese y tu luz me viera y me resguardara.

Si yo no fuera este sonámbulo, y juntas nuestras ambiciones pernoctaran, quizás mi mundo reluciera cómo quisiera. Aunque tu mera existencia me alaga, eres admirable y si no fuera yo te lo diría, yo te amaba si no fuera por tu inteligencia que diría que yo sería un peligro, por eso admiro tus neuronas, son mis ídolos, si pudiera ¿Qué sería lo que haría?.