miércoles, 23 de abril de 2014

Mal sueño.

Impregné, el manto que cubría tu velo,
amargo, insalubre, y de un color roto.
Sentado y vivo, sórdido, sí, yo puedo
vivir en muerte, y ser alguien tan solo.

Abracé el temor, pues nadie más me miró,
quise ese ardor, mas no vi al que avisó.
Si entre el sol, y tu Luna, somos dos, fue
un cielo, un suelo, un hielo y mi dolor.

Y el manto, que tu velo cubría, a ti;
Y el llanto, que tu pelo encubría, de ti.
Y el canto, que tu garganta construía, a mí.
Y el tonto, que yo convencía, a mí.

Vibré con el primer tacto, y más nunca paré,
como el diagrama ideal, el aire no me frena,
ni la lágrima, ni la pena, ni la vida, ni mis venas,
mas tu beso me para en seco, y más nunca paré.

Alargué mis besos, quise que llegaran a tus brazos,
tropezó el primero y normal que rompieranse en pedazos
de mil astillas, mil temores que me rompen, a mí.
Como el sol de mañanas en que pienso, y estás ahí.