martes, 15 de abril de 2014

Hasta la vista, esperanza.

La esperanza se levantó famélica, y como parte de la tragedia me dijo entre gritos que no puede convivir más conmigo, que solo pasa hambre, que no tiene fuerzas para vivir. Pasa frío y tirita todas las noches. El sol dejó de darle hace tiempo, la luz casi la olvida, el dolor lo conoce como la palma de su mano. Estoy dispuesto a dejarla marchar, pues no la conseguí cuidar, es más, si la cuidaba, nunca florecería. Una vez recuerdo que tuvo alas, volaba y venía empapada en ilusión y emocionada guardaba hasta la última gota.

La vi recogiendo sus pertenencias, "Ah, esperanza mía, esperanza traslúcida", te veo recogiendo sus sonrisas, sus besos, sus abrazos; te vi recogiendo su pasión y me dolió verlo, pero te llevaste sus suspiros, sus miradas cómplices y... y... te la llevaste a ella. Cerraste la maleta y miraste a la puerta, me escondí rápidamente aunque ya sabía que yo estaba ahí. Me apoyé en la pared y poco a poco fui resbalando hasta que quedé sentado. Postrado ante la puerta de mi esperanza que en breve se marcharía, pasó casi un mes pero se fue, se fue. Y no, no pude hacer nada y no, no puedo hacer nada.

Le dediqué un pensamiento que jamás le conté: "En la más tenebrosa vida, en la más ardiente soledad, en el fondo de esta turbulenta personalidad, yo siempre te sentí especial, tu alegría era palpable, y tangible tu ilusión. Inefable es tu belleza por mucho que lo desmientas, no es mi ceguera emocional la que realza tu brillo en mi retina. Eres tú. Intenté ser yo mismo y lo fui, un cobarde. Te brindé mis sentimientos y no recibí nada más de lo que esperaba, fuiste fiel a mis sentimientos, los acariciaste, los miraste y dulcemente los negaste, eres así, esperanza mía, un sol dorado. Entiende mi luz, mi haz fugaz que incapaz al menos llegó a tu conciencia; la ida es la ida y dolerá siempre que se sienta, y tu ida fue la despedida de la cordura, esperanza te has ido, y como despedida no te veré, no sé si tus labios reirán igual al verme sufrir, no sé si tu tiempo pasará igual de rápido que el mío."

Y solo supe escribirte pero no darte mi corazón: "No esperaba más, no esperaba nada, no esperaba un hola y sí esperé un adiós, sembré mi desgana y brotó mi destrucción; embarco en busca de la razón y solo encuentro tus imágenes, ¿qué más voy a hacer si tu ilusión fue mi mástil y tu calor fue mi océano, y mis lágrimas son ahora el viento y tu pasión, mi tormento? Ni amada, ni musa, ni poema, aunque eres la más grande, te fuiste sin problemas."