miércoles, 2 de septiembre de 2015

En la banalidad de mi existencia.

¿Qué puedo decir ya que no sea redundante? Mi escritura ya no es más que una broma cuando se trata de amor por mis astros, no es más que una rutina aburrida que solo leo y releo yo mismo antes de dormir debido a mis inseguridades. Es la tristeza monótona de un imbécil que sufre y sin nada que contar, solo soy un cuentacuentos vacío. Un sistema solar sin luz.

Quise darle voz a mi vida pero me atasqué en el dolor. No sé cómo vivir y ni siquiera me importa. ¿Pudo la vida conmigo o simplemente no quise mi intentarlo? Al final no contestaré a ninguna pregunta y dolerá el final como siempre y como siempre mi inspiración rondará la Luna y alguna burla empañará ese vínculo, del cual me avergonzaré y la lágrima fantasma romperá la confianza eterna. Y nada más.