martes, 18 de agosto de 2015

Sus últimos suspiros.

Ya no dormimos juntos,
y no hablo de abrazarnos
ni de embelesarnos mucho.
Ni de compartir algún baño.

Ya no dormitamos lo justo,
y no hablo de coger tu mano
ni de amarnos con tanto gusto.
Ni de compartir algún daño.

Hablo de mi profundo sueño,
del empeño por verte etérea
detrás de mi cornea, digo eso.
Murió tu compañía eterna.

Entre las paredes ya no duermes
junto a mí, más bien mueres
junto a mí. Como un deseo roto,
como un pasado que destrozó.

Sigo latiendo por tus palabras agrias,
sigo embobado con tu sonrisa amplia.
Mas has muerto en mi sueño; entiende
que el dolor saca el amor aún verde.

Un amor que pereció a tus pies, y ni
lo sabías. Un dolor que creció tanto
y no te diste ni cuenta, por eso yo así
no vivía, y pudo conmigo el llanto.

Te eché de mi corazón tan rápido que casi te guardo,
en mí.
Me hizo ver que soy imbécil y más cuando te amo,
a ti.