domingo, 9 de agosto de 2015

Desconfianzas.

Siento mi mente ofuscada en busca de la satisfacción en el dolor, cree que la autodestrucción la distraerá y aliviará. La entiendo, ha sufrido demasiado por sus propios miedos. ¿Y es por eso mi culpa? Traté de ser el mejor en lo mío pero quizá lo mío fue fracasar. Hay tantos sentimientos enlatados en un recipiente sin abre fácil que a veces creo que la vida es una imposibilidad tras otra.

Busqué un hogar, me siento aislado, roto y poco afortunado. No hay espejo en el que no apoye la mano y mire fijamente. Mi mente... la siento fría y distorsionada. La siento sola y tan alejada de la vida. ¿Qué me pasa y por qué me culpan a mí? Nací defectuoso y de eso estoy seguro. Pero no puedo evitarlo pues no sé cómo, busqué mil formas entre mis sombras y nada más hallé vacío. Tratan de evitarme y decir que es todo porque yo lo busco así. Mis problemas no son escuchados, son tratados de tonterías. Aún así yo escucho sus problemas desde el más leve hasta el más largo.

¿Dónde me sentiré seguro, a qué llamaré hogar?

Ha desaparecido el placer de disfrutar de la vida. No sé ver el lado bueno a las cosas porque cada vez se oculta más y se oscurece. No son como mi Luna, que me muestra su sonrisa llena al menos una vez al mes, y su lado oculto siempre lo está. No me amarga con sus problemas, aunque yo lo quisiera. Su humildad me llena el alma, y estoy hablando de una roca redonda que flota alrededor de este planeta.

Y aunque mi mente divague entre diferentes planos de la realidad, dime para qué sirve querer tanto a alguien si luego no soy capaz de articular palabra de este tema enfrente suya. ¿Para qué y por qué soy así...?