Vi la luz de la Luna bañar el interior de mi edificio, lo cual iluminó lo que era casi un cuadrado perfecto debido al ángulo de incidencia. Le faltaba una esquina y una línea creaba una pequeña L de luz, debido a la barandilla. Lo vi al llegar de madrugada, me quedé unos segundos viendo esa luz en el suelo. A lo que me moví y entré en la luz en la que se proyectó una sombra de borde nítido que me quedé observando un rato. Me posicioné para verme entero en la sombra y mientras me giraba para ver mi Luna admiré cómo giraba mi sombra al unísono conmigo. Allí arriba se alzaba ella, pálida y con su toque especial, aunque no llena por un pequeño ápice. Que mañana esbelta asomará imponente e invencible. Aunque irónico que una simple nube pueda vencer su luz.
Me apoyé en la barandilla y con mi ojos apuntando al cielo la vi sin problema alguno, me quedé boquiabierto durante unos instantes. Hablé con ella y le dije que aún cabiendo en mi mano, no puedo admirarla al completo si no la piso. Y tapándola con el pulgar, me di cuenta de que siento lo mismo por ella que por la musa de mi vida. Es añoranza, desesperanza por verla de cerca y más desilusión el poder tocarla bien, aunque su desesperanza me hace ilusiones y su desilusión teje esperanzas en mí. Además se encuentran a demasiada distancia. Tanto física como emocional.
¿Y si lo que me pasa es que plasmo en mi satélite lo que siento por ella? ¿Enloqueceré? A la Luna le susurro cada noche lo que siento, pero a ella no, jamás me atrevería sin que me temblara el pulso, y lo peor, la voz. Sin embargo, lo que me destrozaría será la verdad. El rechazo que tanto temo y a la vez ansío saber. Aún a riesgo de perderla, tengo que hacerlo, tengo que mirar sus ojos y hablar con el corazón. Por muy doloroso y atormentante que sea. Por mi salud mental.
Pero mientras tanto veré la luz de la Luna y susurraré inconsciente tu nombre, miraré su silueta y me recordará tus ojos. Veré su blanco y gris y me recordará tu piel, veré la lejanía y sentiré tu ausencia. Veré su luz y recordaré tu voz... Y su curvatura tu sonrisa. Tu tan alunada, amplia y brillante sonrisa.