miércoles, 4 de febrero de 2015

Dibujando sentimientos.

Me propuse dibujar un sentimiento, cual sea, no importa si es alegre o no. Lo puse como una meta a corto plazo, dibujarlo, colorearlo y luego mirarlo fijamente. Para ver si se corresponde con mi realidad, con mis sentimientos intangibles. ¿Qué es la felicidad? ¿Por qué no podemos dibujarla sin representarla con algún equivalente como alguien sonriendo?. Todo se impregna del misterio de la imposibilidad humana de plasmar palabras abstractas en pinturas. Y mi meta se lograría, y sería real y sería cierto.

Voy a crear un color para cada sentimiento, uno nuevo fuera del espectro visible si hace falta, pero un color único e irrepetible para cada uno. En mi lienzo empezaría a trazar líneas y curvas, sin sentido, pues la tristeza no lo tiene. Fuerte, pero sin romperlo, entrelazando colores uno encima de otro pero que se vea el de debajo. Pues cada sentimiento puede traslucir el que se encuentra debajo, pero siempre está ahí, y ni la melancolía ni la sorpresa pueden ser opacos, jamás. Es más me aseguraré de que resalte cada ápice sentido, cada millonésima parte de dolor o placer, cada gemido o cada quejido, todo. Lo verás todo, ordenados según la importancia que imprima mi mente a cada emoción.

Y si los colores no me convencen, trazaré líneas a lápiz, le pondré cara y cuerpo a cada sensación, pues si lo miras metafóricamente, los sentimientos nacen en nosotros y mueren en nosotros, quizás de forma infinita, quizás aparecen una vez y jamás se van. Depende de cada ser y de cada corazón, no se puede pedir una sensación, se debe buscar. Y detallaré cada arruga, cada peca y cada cicatriz; todo es importante. Está claro.

Para finalizar, me vestiré con la felicidad, con la soledad, con la indiferencia, con la insignificancia. Con el dolor más arraigado al corazón de un hombre quebrantado por el peso de la rutina, me pondré todas las prendas, sin excepción. Aunque la esperanza se resista, también, y juntos seremos un ser, manchado por el color de las emociones, con el rostro y el retrato de las sensaciones y el abrigo y cálido confort de los sentimientos que nos embaucan y nos dice que la vida es maravillosa. Cueste lo que cueste.