viernes, 22 de febrero de 2013

Mi día.

Si mi garganta carraspea al pensarlo, mis manos flojean por desgana, mi vista se dirige al suelo, no tengo voluntad de levantarla, mi cielo solo se ve reflejado en charcos, además está nublado. Senderos que bifurcan el destino, que incierto o no, tenemos que recorrerlo aunque le opongamos resistencia. Nos arrastra una corriente llamada tiempo, y repito, no se le puede oponer resistencia, a veces puedes ralentizarla, pero solo ocurre en los momentos que más necesitas compañía, o puedes acelerarla, que irónicamente será cuando disfrutes de ello.

Si te lo oculto es porque no necesitas saberlo, aunque te guarde un cariño especial, solo está formado por la idea preconcebida de cómo creo que eres, y es una idea fantástica, pero irreal, como todo en la vida, debo hacer hincapié en esa línea que nos separa, aunque a mí no me importe, sé que a otros sí, y puede que a ti también, desearía poder cambiarlo, pero es como los caminos antes mencionados, te arrastran y no te dejan pararte o retroceder.

En lo profundo de mi poder racional, hay tantos cables enrollados, tú sé feliz, y sonríe, tienes una sonrisa muy bonita. Fin.