miércoles, 28 de agosto de 2013

Mi presente habla.

He recorrido mares de lágrimas propias para poder satisfacer tu sed, es cierto que el dolor ensordece al hombre más raudo y a la mujer más dura. Mas qué puedo decir yo si soy esclavo de tu dentadura. Eres pálida cual susto, eres cálida cual manto veraniego.

Me envuelves en la oscuridad más aterradora
haciendo que mis sueños marchiten mi ilusión.
Quién no ha sentido la gélida arma que perfora
desde sonrisas hasta el sentir del corazón.

Pues yo despierto por las noches aterrado porque vivo, duermo durante el día por la desconfianza de la luz cegadora. Cuando hablo mis labios tiemblan, si callo mi pecho aprieta. Qué ser merece estar atado a una mente tan infecta -se pregunta la propia mente-, más dura que la vida es la desesperanza, sentarse tras una pantalla y buscar amor pútrido, qué más dará lo que sientas, a nadie le importa.

¿Es esa persona la encarnación de mis deseos?
Pues apareció hoy y me sedujo hasta su voz
y quitó de mi cuello la afilada y certera hoz
cuando labios me libraron mi condición de reo.

Sólo entonó dos o tres frases cortas, que suscitaron mis sentidos a calmarse y estar plenamente tranquilos, con una voz celestial que brotó de su tan inocente boca. Conquistaron mis oídos las notas tan nítidas que humildes dijeron no poseer tanta perfección, y quizás sea mi soledad la que te subió en ese pedestal, quizás sea la realidad la que me hizo adorar tu existencia. No trato de engañar mi pecho diciéndole que deseo tu presencia en mi corazón, mas no podría ahora mismo pedirte tan gran honor.

Baño mis deseos con el placebo que tú deleitas
mientras mi mente enferma de anhelos me hace preso
de siluetas grises que apuñalan mi sonrisa abyecta,
siendo mínimamente indiscreta cuando aleja el beso
si me hago daño siempre, sólo quiero odiarme, sólo eso.
Oír tu voz de nuevo y sentirte tan cerca, tan perfecta.

Que por las noches calmas mis fugitivas lágrimas, entiendes mi dolor y me comprendes, expresas tu dolor y me abrazas, me sonríes, me haces sonreír, eres nueva en mi mente, pero bienvenida en mi vida.

Eres luz de mis penas,
Eres la vida que quema,
Eres magia en mis venas,
Eres mi calma, mi poema.