viernes, 2 de agosto de 2013

Ángel de la guarda a domicilio.

Protegería con mi vida tu sonrisa, dejaría mi piel en mi armadura para verte sonreír a ti, persona anónima, que estoy aquí parado en este páramo, tan helado y tan poco amado. Lágrimas escasean y sobra la amargura, pero por muy cruel que sea la vida o por muy dura, aquí estaré yo, armado para protegerte, amando el poder verte, feliz, inocente e increíblemente bella, persona anónima.

Toma te entrego mi cordura para que encuentres tu camino, toma te entrego mi armadura para que seas inmortal mi amigo. Mis versos curan mi agonía y mis labios sellan tu armonía, avalancha de sensaciones reas, que aunque no te lo creas crecen demasiado, arden a mi lado y queman mucho, me he quemado. Pero yo, no dejaré que pase demasiado dolor a visitarte, lo justo, lo cauto para hacerte fuerte, no demasiado que te deje inerte.

Mi amor es de acero y mi espada es de un fuego certero, acabará con el desánimo, con el concepto agrio de lo que es vivir, te enseñaré que mi cuerpo recibirá tu desesperanza, y equilibraré tu balanza, vive y ríe por mí, que yo me ocupo de lo que no es parte de ti. Vive mi regalo, aprovéchalo que no hay ser que más se sacrifique por tu más sincera y vasta felicidad.