jueves, 22 de agosto de 2013

Un gran suspiro.

La saliva es agria cuando la tragas mientras tu mente está colapsada, llena de pensamientos que te destruyen poco a poco, que te hacen ver la luz cada vez más débil. Impotente es tu sentimiento, ya que nadie lo escucha o eso pienso a veces. Hay gente que poco a poco me limpia el cristal sucio que no me deja ver el mar de sensaciones que aún quedan por descubrir. Y esa gente puede ser alguien que no es cercano, pero que no juzga tus pensamientos pesimistas, los entiende, es más los transforma, los guía hacia el optimismo, como pasó anoche.

Yo como siempre estaba sombrío, encharcado de pensamientos infectos, recordando otra vez cuan poco le importo a los que me rodean. Cuando llegó su mensaje, "Para lo que sea. Estaré aquí.". Mi mente empezó a despejarse, es raro, como si de repente todo lo que me atravesaba el corazón hubiese desaparecido. Tras varios minutos comprendí, que aunque esa persona no te tenga el aprecio que crees necesario para que te ayude sin motivos, todavía hay personas que se quitan hasta horas de sueño, por hacerte sonreír, solamente por eso.

No habrá palabras para agradecerlo, no existirá la combinación de palabras exacta para decirte mi desde ahora gran amiga, lo muchísimo que me ayudó la combinación exacta de palabras que usaste para que no me preocupara. Tu mano es una ofrenda muy, pero que muy agradable.

Aunque no me parezca suficiente, Gracias de todo corazón.