miércoles, 30 de enero de 2013

Un día.

    Vuelo entre pensamientos que no han sido extinguidos, ya que extinto es el agrio sentimiento que en mí yace, no hay lugar para la duda, pues no hay lugar para el descanso ni siquiera sonrío porque no hay tiempo, ni siquiera un minuto para mí, el reloj se acelera a medida que me muero, ni hay Luna ni hay Sol que ilumine mi sendero, a ciegas voy a donde sea, mientras que al morirme me desea una tenebrosa sensación llamada vida.

      Recae en los hombros un gran peso que no aporta estabilidad, balanceo tras balanceo, tras caminar en un seseo que no puedo evitar, termino en el lugar exacto que empecé, no avanzo ni al caminar, corro y no dejo el pasado atrás, mi prosa es en verso y mis versos no tienen rima, aunque lo intente agotando de la pluma mi tinta.

      Reitero el pasado en mi presente aludiendo al futuro, me repito mil veces y una más, hoy es lunes, mas lo dudo,  quise quitarme el  peso de encima y no pude me caí. No levanté,  no hace falta, yo haré más tarde lo que pueda, pues si mi alma en pena se apodera de mi cordura, no queda otro lugar en este mundo que no sea la locura.