jueves, 25 de julio de 2013

En mis recuerdos.

Vivimos gracias a los recuerdos, esos que nos ayudan a elegir qué será lo siguiente que hagamos, esos que muchas veces nos advierte porque ya nos ha ocurrido algo malo haciendo lo que pretendíamos hacer, pueden guardar dolor y placer.

Y gracias a ellos puedo volver a vivir, aunque no con la misma intensidad, los recuerdos más maravillosos que he vivido. Por ejemplo, mi primer beso fue horrible, ni siquiera lo recuerdo bien, mejor, que le den a esa mierda, pero hay otras primeras veces que sí han sido mágicas, hay abrazos que nunca olvidaré, besos de otra persona que jamás olvidaré, es que han cultivado en mí tantos sentimientos, desde el dolor, hasta el placer más absoluto, ella se esforzó por mí. Sé que fue así...

He cogido mucha confianza y la he perdido con la distancia, he perdido mis amores y he recuperado sensaciones, la soledad es mi gran amigo, siempre está aquí conmigo. Pero sinceramente, en el baúl de mis recuerdos positivos, hay una primera vez, que tan cálida vino a mí, tan inocente y tan maravillosa se posó en mi memoria. Quizás era un manojo de nervios, pero nunca me sentí más cómodo en una situación incómoda.

Aunque hay tantas cosas que recordar, tantas cosas que quiero volver a vivir, tantos besos que quizás nunca volveré a sentir y tantas lágrimas que no dejan de salir.