sábado, 27 de julio de 2013

Una noche más.

Quiero acariciar la escalera de tu espalda, que un suave roce empiece a sentir tus hombros, que resbale hasta donde tu espalda reposa. Me apasiona ver cómo tu piel se ruboriza al paso de mis dedos por tu suave sendero, notar tus manos en mi pecho mientras me abrazas desde atrás, que tu sonrisa muerda mi cuello, agarrar tus manos con las mías mientras suaves cual terciopelo beso tu cadera.

Mientras recorres con tu mirada pícara mi cuerpo, te arrebato tus pensamientos y te tumbo sobre tu propia cama, es entonces cuando me rodeas con tus piernas y me empujas sobre ti, abrazo tu torso mientras beso tu cuello de nuevo, tu pulso se acelera, tu respiración se nota cada vez más fuerte sobre mí, se te escapa algún leve gemido de vez en cuando y es normal, estamos fundiendo nuestras almas entre las sábanas.

La temperatura aumenta pero no nos importa nada, más que vernos a los ojos y pronunciar palabras sinceras, "te amo", "te quiero". La lucha por estar arriba va en aumento, hay sonrisas e incluso risas, pues los mordiscos en el cuello le hacen cosquillas, ya no hay pudor, no hace falta, es el más cómodo momento de nuestras vidas, ven siente mi piel tiritando por la tuya.

Es más quiero decirte que sin tu aliento no respiro, sin tu tacto yo no siento, no oigo nada sin tu voz, tus besos son mi alimento, quiero que entre gemido y gemido, vuelvas a pronunciar mi nombre una noche más.