sábado, 20 de julio de 2013

Otro día más.

Otra mañana que me siento solitario 
y para poder olvidarlo escribo versos a diario,
sobrevivo a esta vida de monotonía gracias a la poesía,
 sin ella dime ¿qué haría?,
Y siempre repito sólo necesito un micro para poder limpiar mi armario, te explico,
un micro para expresar que no soy extraordinario,
un micro para desahogar no un sentimiento sino varios,
un micro para olvidar el sufrimiento,
no sé qué hacer, empiezo a enloquecer, 
ya no estoy cuerdo me voy a perder,
un ocaso eterno empieza a parecer extraño,
siendo víctima todo me hace daño,
y no engaño mi palabra es legítima
infinita necesidad de un cambio
puede que diga incoherencias pero uno no nace sabio,
hay diferencias sobre lo que uno puede sentir,
algunos añoran reír otros querrían huir,
pero somos esclavos del destinos, presos de la vida,
siempre lo imagino, mientras mi mano escriba
no perderé la esperanza
lo único que se cansa es mi garganta
me deja afónico el exceso de palabras
pero mi rap espanta esta sensación macabra,
y así día tras día este chico sufriría
utiliza la ironía, imagínate una vía
para escapar de este inevitable dolor
aquello que llaman amor, un sentimiento traidor,
como marchitarse una bella flor...

No tengo nada por lo que luchar,
nada que desear que amar, 
no quiere escuchar.
¿Por qué llorar, por qué sufrir?
Quiero reír, no quererme ir,
ser feliz y luego morir.
Un atardecer que empieza a desaparecer
un anochecer que empieza a parecer eterno
entre columnas de desesperación,
árboles sin frutos del que poder comer,
amargos pero no traicionan por ninguna razón
se deshace entre los dientes de esta sociedad,
me arrepiento de ser parte de la humanidad;
es la terrible oscuridad que no sana mi debilidad
tras una cortina que oculta la verdad.
                                             Me empiezo a desesperar...