jueves, 19 de septiembre de 2013

Ab imo pectore

En ciertas ocasiones el amor no es ciego, solamente es ingenuo a la hora de elegir el momento, madura como nosotros hacemos a lo largo del tiempo y las experiencias, aprende a elegir, pues no podría estar más seguro que ahora. Elegiste a la persona correcta, la situación correcta, el sentimiento es correcto, las fantasías son correctas, el deseo es correcto, el momento es lo incorrecto. Pero no puedo quejarme, no debo decirle que lo ha hecho mal, pues supo elegir, y esta vez sólo ha fallado en el tiempo.

¿Sabéis qué? La besaría aunque me rechazara, la besaría aunque mi mente me lo negara, necesito que ella me diga que no. Que me grite por qué no, y que me haga volver de nuevo a la realidad. ¿Pero sabes por qué no lo hago? Porque es perfecta y no deseo perderla aunque no esté a su lado de la manera que mi corazón desea. Es la única tecla afinada de mi piano roto. Es esa luna llena en mis noches más oscuras. Aunque no será correspondido serás el pilar de mi edificio en ruinas.

Lo único que diré siempre de ti es que adoro tu voz, no me atreveré a decir nada más. Temo volver a fastidiarla. Temo volver a cultivar un huerto en mi corazón y que todo el fruto se marchite debido a las inundaciones, pues las lágrimas habrán ahogado todo. Siempre soy yo quién tiene que limpiar el desastre de mi corazón. Pero te diré una oración: Para ti estaré siempre, sólo mira a tu lado, yo estaré siempre.

Por cierto... ahora mismo me siento vacío, sin alma, sin nada en mi interior, sin sensaciones que me alienten a seguir vivo, quiero llorar, literalmente quiero llorar. Mas no quiero que me vea nadie, por eso aguantaré hasta que las luces se apaguen, quiero autodestruirme hasta dejar de sentir dolor, no quiero reír, no quiero llorar, quiero no sentir, no quiero desear, no seguir así. La cordura se me escapa, sinceramente mi querida/o lector/a, necesito paz interior. Un vaso de vodka puro y una libreta que retenga la humedad de las lágrimas.

Y dejar de desvariar. Dejar de sentir por ti este sentimiento, solamente tener una gran amistad, pues es grande por muy corta que sea en tiempo. O eso siento yo. Ven, cura mis alas y déjame volar de nuevo.

Mi corazón siempre latirá una pregunta que retumba en todas mis venas, ¿Cómo me sentiría contigo aquí...?