lunes, 23 de septiembre de 2013

Tú sonríe.

Sabes perfectamente la avaricia de tu dolor, sabes que podrá ir y venir a su antojo, desafiando tu presente y alterando tu futuro. Pondrá sus garras sobre tu desecho corazón y cuando más necesites alegrarte, lo cortará para que no superes tu dolor. Se hará pasar por tu amiga, nunca parará de escucharte, o eso parece. Quizás planea el próximo golpe, quizás simplemente lo hace para que ganes confianza. Qué más dará todo eso, ignora al dolor Tony, tú sólo sonríe.

Te perseguirán miles de pensamientos que rompen tu sonrisa, de anhelos, deseos increíbles con personas imposibles. Vivirás preso del deseo y por eso sufrirás. Mas qué importa todo eso. Si al menos has olido su perfume, has escuchado su tierna voz, haz abrazado su piel. Pero lo más importante de todo: Tony, la has hecho reír, eres el motivo por el que una vez sonrió, más allá del por qué. Tú la hiciste reírse. Por eso solamente céntrate en lo que puedes hacer, no en lo que no puedes por mucho que lo desees, es decir, tú sonríe.

Vivirás esclavo de tu vida, un día muerto y otro vivo. Derritiéndote en tu desgracia, pero siempre sonriente ante los demás. Enloqueces e incluso crees que es malo. Mas yo te diré Tony que hay una cosa de la que siempre te tienes que acordar: el mundo no está hecho para los cuerdos. Lucha contra tu mente, pero sin olvidar tu corazón, haz como siempre has querido hacer, sonríe sin sentido y llora con sentido.

Pues tu único aliado te observa desde detrás del espejo diciéndote: Tú sonríe.