sábado, 14 de septiembre de 2013

Tu voz.

Quiero deleitarme con la magia que tus labios producen, sentir el terciopelo de tu garganta acariciando mis oídos de la forma más suave. Deseo que la increíble melodía que tu lengua pronuncia inunde el valle de mis emociones, que broten en mi corazón bellas flores que nutran el latido necesario para poder escucharla, poder sentirla en la dichosa piel donde emergen sensaciones de paz jamás vividas.

Asombra a mi mente inerte con tu celestial canto, atrapa a mis ojos con el sensual movimiento de tus labios, al emitir una emoción que arremete cual alud contra mi pecho, y hace desfruncir el ceño. Pinta en mis oídos tu mejor cuadro, donde el pincel sea tu voz y yo tu lienzo. Pinta de rojo mis mejillas con tu dulce cantar, haz de este tímido ser un apasionado de tu arte. Quiero escucharte de nuevo, quiero sentirte de nuevo. Anhelo pintar tu voz en un cuadro que siempre suene cuando me acerque.

Es tan etéreo y tan profundo, es tan armónico y tan bello, reluce en mi corazón como el oro que lo ocupa, aunque brilla más, te lo han dicho seguramente, tienes un don. Te lo repetirán seguramente, alimenta ese don, haz que el mundo pútrido que te rodea se embellezca con tu adorable canto.

Me siento cual Dios del Olimpo cuando tan inocente sentada a mi lado empiezas a perfeccionar el ruido del ambiente. Haces que mi sonrisa sea perpetua, que mi atención recaiga en tan perfecto conjunto de sonidos, que la madre naturaleza tejió en tu garganta la más extensa de las perfecciones que viene a juego con tan hermoso rostro.

Ven, enamórame con tu canto. Sana mi locura con tus labios. Haces de mi presente un deseo digno de los dioses.

Ven y haz que vibre mi cuello con tu perfecta voz.