domingo, 8 de diciembre de 2013

Demencia.

Son casi las cuatro de la madrugada y aquí estoy yo, acostado, abrigado y sin tener sueño, no confundirlo con sueños, de esos tengo miles. Tengo ganas de tantas cosas, quiero verte y espero que sea así, quiero abrazarte y si te veo será así. También tengo otras ambiciones como sonreír, como vivir de una vez mi vida sin este martillo neumático que tengo en la mente, dejar que mi locura florezca ya de una vez, que yo estoy loco y solo finjo mi cordura. Quiero dejar de agobiarme por cosas de mi mente, alegrarme si te veo, mi sueño. Y ya está, tan simple como eso y tan complejo como mi pensamiento.

Traté de ser diferente pero yo soy único, para bien y para mal soy yo mismo, mi dios y mi creencia, solamente yo. Sea solitario o en compañía solamente estaré yo. Aunque me dijiste: "Me quedé aqui, lejos, pero aquí" y ya no hubo soledad. Ya no hubo penumbra desolada. Mi mente entró en calma y pude dormir en paz. Alma de vagabundo orgulloso de mis delirios y aunque todos busquen en mí la cordura, quiero deciros y decepcionaros con que yo estoy demente; os guste más u os guste menos, mi demencia es mi auténtica compañía, aunque no se compare con tus besos -que en mi fantasía perduran-, sigue siendo mi compañía. Eterna aventurera que desquicia a mucha gente, pero que me alegra por las mañanas.
Si al despertar estoy triste pero mi mente piensa en blanco, piensa en rojo y destapa la tapa de mis perturbaciones; que el amor es para locos y yo soy el magnate de la demencia, ven amor que esta vez soy yo el que te conquista con la mirada. Baila al son de mi música, que no suena. Es para sordos. Ven gacela esbelta, que soy yo, tu escudo estrecho. Ven bella mujer, soy el escalón deshecho de esta escalera hacia al cielo.

Cuando bese tu cuello parpadearán hasta las estrellas, luces muertas hace eones que iluminan hoy día nuestros corazones, ven que yo no sé bailar, pero me da igual. Cántame aunque estés enferma, mas tu voz me enamorará. Cántame y despierta a los demás, para sentir el sentimiento por el que te importo, muchas gracias, mi doncella.

Mas no me lo agradezcas a mí sino a mi demencia.