viernes, 6 de diciembre de 2013

Fragmentos del deseo.

Llévame por los caudalosos ríos que desembocan en el subsuelo, azotando el viento un rostro cicatrizado y envuelto en tiras de piel quemadas por el Sol. Quiero ser náufrago de tus besos, poder viajar a la deriva entre las olas de tu saliva centelleante al vibrar tu instrumento de cuerda. Las curvas de tu violín suscitan rozamientos donde la luz no sea importante. Ilumina mis pupilas con tu barco de papel blanquecino, haz de mi radiactivo núcleo un lugar estable, detén esta fisión de pensamientos chocando unos contra otros y produciendo una energía que desgarra mis sonrisas.

Ata mis manos y enciérrame entre tus brazos, la soga de mi cuello solo puede desaparecer con tus las puertas de tu barco de papel, pósalas bajo mi mandíbula deteriorada. Quema con tus pasos sutiles mi tórax que hiperventila al despertarme. Solo soy un átomo de carbono en este mundo de acero, aléate conmigo y sé mi reacción exotérmica, vaguemos por mi mente donde hay miles de calles con interesantes vistas del lago al que suelo llamar Locura, sigamos la senda de ladrillos amarillos hasta cumplir nuestros sueños.

Dibuja las notas de tus besos en mis labios, arrastra la sábana semitransparente alrededor de mi faz y deleita mis sentidos con tu existencia. Báñame en los lagos de tu mirada, detengamos las cascadas y descubramos mares de atardeceres bellos y únicos. Enciérrame entre tu voluptuoso cuerpo, tu sensual inteligencia y tus palabras que excitan mi empatía, escribe con tus más encantadoras plumas nuestra canción en el aire, da pinceladas al azar de nuestro lienzo más abstracto, no hagamos de lo eterno lo fugaz, no convirtamos la felicidad en efímeras situaciones, hagamos longeva nuestra banda sonora.

Sé el antidepresivo de mis manos sin inspiración, baja la fiebre insana y eleva la temperatura a mi pensamiento cuerdo, hagamos adiabáticas nuestras discusiones. Peleemos solamente para darle chispa al gas inflamable de nuestro ambiente. Sé mi volátil experiencia que me impregna de por vida. Haz que mi encharcada visión encuentre el desagüe para secarse. Aunque lo que más quiero es que seas tú, tú misma.