lunes, 2 de diciembre de 2013

Síntomas de Poesía.

Si al escribirlo brotan las lágrimas y no por dolor, es que es válido. Si sientes que lo que haces te sube la adrenalina, es que es auténtico.
Si sientes que por cada verso se eriza tu piel, es que es perfecto. Si sientes ausente al mundo y estás a gusto, es que es increíble.
Si al sentarte a mirarlo, vuelven a brotar las lágrimas, es que es tu perfecta obra.
Si nació en tu pecho, ascendió hasta tu mente y lo plasmó tu mano, es que eres único.
Si buscas la perfección para complacerte a ti mismo, eres implacable.

Vives la poesía de tu puño y letra. Haces de la tinta y de las letras una estructura enamoradiza. Haciendo del día a día un verso nuevo, tu semana es un párrafo, tu mes es un soneto y tu año es tu gran obra, tu lienzo al descubierto. Vagando por tus sensaciones y plasmándolas como palabras; sabes que nadie verá tus lágrimas en tu poema, pero el sentimiento está impreso entre esas líneas.

Es la lágrima implacable del inefable sentimiento, el rasgado corazón de una persona que vive rea del presente. Una enfermedad de un escritor que no encuentra su frase perfecta, que la oración no contiene verbo y que su vida no tiene una respuesta, pero sigue escribiendo, sigue esculpiendo el fruto de su mente, describe la fina línea entre cordura y demencia. Y sin mi pluma, y sin mi pergamino quién sabría qué locuras haría. Y es así de simple, aunque complejos son. Estos síntomas de la poesía.