jueves, 26 de diciembre de 2013

Júpiter, grietas y penumbra.

Te vi allí, esbelto y grande aunque pequeño, te veía en mi retina. Mi telescopio fue la puerta a tu paisaje, te vi Júpiter, te vi. Sé que eras tú, y con cuatro de tus satélites asomando. Eras tú, mi querido planeta lejano, fuiste tú, aunque no fuera una imagen estable y muy brillante, eras tú, lo sé. Mi corazón se aceleró como cuando la veo a ella, mi cerebro festejó que mi más anhelado sueño apareció en mi visión al fin. Eras tú, inclinado cerca de 45º y bello. No pude tenerte en una foto, no pude y hoy tampoco. Demasiadas nubes entre nosotros para poder observarte siquiera. Mi cielo se nubló y no te veo más, no te veo ya. Como mis esperanzas en este día, decaen y se destruyen con el impacto contra el suelo.

"Degollado el vaho y el portador de la ilusión; apareció el aterrador pensamiento,
seguido por la vista lejana de su voz, de su figura, una semilla de lo que siento".

Esperanzas deshechas, esperanzas fundiéndose con el negro color que zozobra mis ilusiones. Lo sé, siempre caigo en el mismo juego que yo mismo me inyecto. Vuelvo a sentirme infecto, solo y lejos, muy lejos. Que otra vez me rodean estos pensamientos tan oscuros, tan conocidos. La desesperanza, la desesperación que desembarca en la orilla de mi deseo. Soy yo, solamente yo el que me entiende y eres tú la que siento lejos, cada vez más lejos. Te quise y te querré, mas qué siento ahora. Tú ni siquiera sabes cómo galopa este sentimiento por las praderas de mi pecho, no tienes ni idea de qué es lo que siento, pero aquí estoy yo, esperándote y esperando tus mensajes. Te fuiste y ni siquiera lo sabes, me rompí y yo sabía que pasaría, pero me alejé de mi sensatez, cada paso que dabas hacia mí era una daga más que podía atravesarme, y diste miles.

"Produje sentimientos de la nada, amores de sonrisa encadenada;
anclajes de eslabones pétreos, férreo sentimiento roto, por ti; mi amada".

Estos pensamientos me surgieron solos, ni estoy seguro de lo que digo, ni estoy cuerdo cuando escribo. Te quiero amar, en serio, me importan poco las desventajas o los peligros a los que me enfrente. Yo a ciegas quisiera querer lo que creo que eres. Te veo fuerte y débil, henchida y dolorida, dura y frágil. Pero te veo perfecta, imagen nítida formada en la misma retina que me suscita pensamientos enormes que añoraba. Empecé a creer de nuevo en el amor y poco a poco me retracto y empiezo a desvariar. La rabia de haber creído en esperanzas y verlas caerse de mi estante de sueños. Verte tan grande y verte tan lejos. Eres como Júpiter, un sueño enorme que solo podré tener en mi retina, te podré hablar, escuchar y aconsejar pero dudo de si te podré confesar, besar o siquiera amar. Besos cálidos se enfrían en mi bandeja de salida y lágrimas que hace casi un año que no brotaban, literalmente, joder...

"Encaminado hallóse el muchacho; gris, sombrío y de sonrisa muerta,
miraba a su querida con acabados ojos. No late su tambor, ya no despierta...".