miércoles, 11 de diciembre de 2013

Verdad mentirosa.

Inconsciente y sonñoliento hallado perdido en un mar de nubes. Sin percatarme de mis actos y sin pensar en nada, me desvío de la realidad. Sentado en la cornisa de mis sueños, en la butaca de la inmensidad de mi mente. Vivo mentiras que deseo que alguna vez sean verdades, aunque me postre ante el dolor sosegado y derrotado, ya él no puede hundirme más, pero hoy sí. Es el viento que arrastra las emociones hacia mí, el miedo que pernocta vete a saber dónde. El hielo de mis labios quebrados por la tempestad. No hay viento que me asuste ya, ni pared que me detenga. Quiero soñar, desear y alcanzar. No sé cómo, y cómo sabré yo dónde me diré. Mas creo firme en el amor y siento miedo al desazón de la turbias aguas que se estancan en mi pecera. Mis fuerzas se decantan por la bandera blanca, y otra vez duele, otro día igual.

He naufragado entre tus labios y deambulado por tu abdomen a ritmo lento, he saboreado el sendero de tu cuello, hasta me he refugiado de la lluvia en tus abrazos. Soy el fugaz aumento de tus movimientos sísmicos, seco las cascadas cuando estas te inundan. Soy el sol en tu páramo helado derritiendo tu helado núcleo, dándole de nuevo un ritmo perfecto. Soy esa persona que esculpe curvas cóncavas en tu tan increíble y enigmático rostro. Soy tu calor nocturno y tu despertares feroces. Soy la guerra entre tus sábanas, testigo de tus mayores alivios. Y sobre todo soy un iluso que mintió en sus palabras, que dijo que era lo que en realidad desea ser y que sueña con futuros mágicos en su presente, que solamente vivo si me imagino las sonrisas que deseo. La tuya, la mía y las que sean.

Alpinista en tus montañas, seda en tus acantilados, carbono en tu fundición, sastre de tus miradas y escultor de tu sonrisa. Amante de tu letra y voz, de tu andar y de tu vida, cliente habitual de tu ático, tu mundo, fan de tus historias y entusiasta de tus aficiones. Escritor de la agonía que ve la luz en tu reflejo impregnado. Poeta de tus besos tan imaginados, verso en tu pareado, desastre de la vida y lastre de mi alrededor, soñador vivo y sediento de emoción. Y siempre, más que siempre mentiroso en mis textos y artista de la verdad imaginada. Dependiente de la imaginación por la que vivo y de la efímera felicidad que me otorgo. Pero sobre todo soy amante de bienestar y tu alegría.